Garzón Abad fue presidente de la Sociedad Financiera Iberoamericana (Finiber), que quebró durante la crisis bancaria. Fue sobreseído en enero del 2003, por la Sexta Sala de la Corte Superior de Quito (CSQ). Se le acusaba del delito de ocultar información, causando un perjuicio a la entidad de  200 mil dólares. La Sala revocó la sentencia del juez 8º de lo Penal de Pichincha, Holguer Villavicencio, quien halló culpable a Garzón Abad de peculado, basado en un dictamen acusatorio de la Fiscalía.

También en el 2003, la Contraloría observó que desde el 11 de noviembre de 1999 hasta el 18 de octubre del 2000 “constó como firmante autorizado (por la Agencia de Garantía de Depósitos) Esteban Ramiro Garzón Cisneros (hijo del ex administrador y deudor principal de Finiber)”.