La Intendencia de Seguro Privado de la  pidió a la Agencia de Garantías tomar medidas urgentes.

Con el paso de los días, la preocupación aumenta entre los más de 90 trabajadores de Rocafuerte Seguros, incautada por la Agencia de Garantía de Depósitos (AGD) desde julio pasado. Y no son los únicos.

El estado de la empresa, coadministrada por Ricardo Huerta Hicks y Pericles Gallegos, alarma ya a la Superintendencia de Bancos, que en un oficio suscrito el 9 de septiembre anterior por Samuel Valarezo, intendente del Sistema de Seguro Privado, solicitó a Carlos Bravo, gerente de la AGD, tomar “decisiones urgentes a fin de superar la situación”.

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Esto, señala, evitaría que la aseguradora entre en un plan de regularización cuyo incumplimiento conllevaría a la liquidación forzosa, como dice el artículo 53 de la Ley de Seguros.

La Intendencia hizo una “verificación in situ” del caso y remitió un informe de auditoría con corte al 20 de agosto a la AGD para su análisis. Pero ni la prohibición de enajenar bienes y acciones se ha levantado.

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Los empleados, agrupados en un Comité de Empresa, confirman con cifras la crisis de Rocafuerte: $ 10,7 millones dejaron de ingresar tras la incautación hasta inicios de septiembre, porque las empresas de reaseguros cancelaron sus operaciones; clientes que tenían pólizas se retiraron; y esta ya no puede participar en licitaciones al no obtener cartas de garantía de los bancos para ofertar.

Los balances proporcionados a este Diario también reflejan problemas.
En diciembre del 2007, la compañía tuvo una utilidad neta de $ 321.520,04. Pero en el presente se prevé que no habrá ganancias. Al 31 de julio del 2008 sumó ya pérdidas de
$ 685.628,68 y al 31 de agosto aumentaron a $ 1,1 millones.

“El hecho de que se hayan retirado tantos clientes (estiman que el 50% de su portafolio) significa devolver la prima que ingresó; además, en el ramo de Vida, los siniestros se siguen atendiendo y son un flujo promedio mensual de $ 500 mil. ¿De dónde sacamos los recursos si bajaron los ingresos?”, explica uno de sus ejecutivos.

Pagos limitados a proveedores, supresión de proyectos y la renuncia de doce trabajadores que encontraron oportunidades en otras aseguradoras son otro saldo de los dos meses que lleva incautada la compañía.

De seguir a ese ritmo, el último trimestre del año será “catastrófico”, dicen los empleados que desde la semana anterior protestan todas las tardes en los bajos de Filanbanco (Pedro Carbo y Nueve de Octubre).

Ello, porque clientes de cuentas grandes que en octubre, noviembre y diciembre renovaban sus pólizas, se retiraron por “desconfianza”, comentan.

A inicios de este mes, sin embargo, la AGD sostuvo que Rocafuerte Seguros no está en situación de peligro, pues según su coadministrador, Ricardo Huerta, se hicieron operaciones de reparto y uso de certificados de inversiones, así como una negociación de los contratos de reaseguros en el 100%.

Clientes
Seguros Rocafuerte, con 46 años de actividades, ha tenido entre sus clientes a empresas estatales como Petroecuador, Categ, Pacifictel, Transnave, Electroguayas, Tame, Flopec, Hidropaute, los ministerios de Relaciones Exteriores y de Bienestar Social.

Sector privado
Entre sus clientes del sector privado ha tenido al Grupo San Carlos, Grupo Antón, Grupo Dassum, Ingenio La Troncal (Ecudos), Interagua, Cartopel y Molinos del Ecuador. Además, sus clientes en el ramo de salud bordeaban los 30 mil.

Proveedores
Desde el 8 de julio, fecha de la incautación, la compañía ha perdido el 50% de 500 proveedores.