“Empecé a salir por las calles de Nueva York en los tempranos ochenta. Con mis amigos nos subíamos al tren desde Connecticut para merodear por los clubes de Manhattan como Mudd,  Peppermint Lounge, Shellout Shelter, Danceteria, DB’S, A-7 y Ritz. Nos quedábamos hasta las siete de la mañana y regresábamos a hurtadillas en el metro norte otra vez, a veces a tiempo de llegar temprano al colegio. Honestamente, no creo que ha existido una semana en estos 25 años en la que no he ido a sentarme a un bar, a un club nocturno o a una discoteca, a veces a ‘Djear’, a veces a bailar, a veces a beber, a veces solo a perderme en el océano de la gente a las tres de la mañana. Quizás esto sea deprimente para algunos, pero no sé, creo que es fantástico. De día también es bueno, puedes ver cosas. La gente está en el trabajo, los pájaros afuera. Pero durante la noche, es más simple, es mejor: la gente es más atractiva. Las cosas son más interesantes. Te puedes esconder mejor. Te puedes perder más fácilmente. Y la música es diferente.Este CD es acerca de salir por las calles (de Nueva York o de cualquier otro lado). Es mi yo tratando de condensar 25 años en 65 minutos. Es, asimismo, condensar 8 horas de la noche en casi una hora de música. Una noche de fiesta puede acumular una multitud de experiencias, desde la celebración hasta la desaparición, de lo reconfortante a lo escabroso, de lo convencional a lo trascendente. Muy simple: para mí esta compilación suena a una Nueva York nocturna, con todo el sexo, con todo lo excéntrico, la desorientación y el caos absorbente. Si los veo cualquier noche en Nueva York estoy seguro que nos daremos un abrazo. ¿Sabes?, salgo mucho y siempre seguiré así”. Moby, NY. 2008 (texto en el CD)