La pareja que espera a su primogénito no debe relegar a la mascota, porque esta podría resentirse y actuar de manera agresiva.
La llegada de un primer bebé al hogar cambia por completo la vida de los padres, haciéndoles olvidar a ratos el resto de su entorno. Esta situación podría causar problemas si hay mascotas de por medio, más aún si estas han ocupado por mucho tiempo el lugar de los hijos.