La separación matrimonial y el divorcioComienza con la disolución del matrimonio y se prolonga, en ocasiones, aún después del divorcio. Si el matrimonio ha durado muchos años el dolor es más intenso y largo, incluso un matrimonio corto y sin hijos requiere de un duelo. El tiempo estimado de este proceso es de 6 meses a 4 años máximo, es recomendable iniciar procesos legales después de un año de separación. Cada uno de los cónyuges debe, en primer lugar, reconocer la pérdida y asumir que se plantearon sueños y esperanzas que nunca se pudieron realizar plenamente. Llorar es importante porque solo el llanto reduce el odio a dimensiones humanas. Aun el peor de los matrimonios ha encarnado la expectativa de una vida mejor, del compañerismo, del amor, de la estima y aunque no se derramen lágrimas por el cónyuge perdido, el significado simbólico del matrimonio debe ser sepultado con ternura. Evitemos estimados lectores negar el dolor ya que esto hace que la sensación de pérdida siga existiendo psicológicamente aún al pasar del tiempo y de ahí nacen parejas que a pesar de los años de separados siguen teniendo vigentes el sufrimiento. Otra tarea necesaria en el proceso de duelo que ayudará a desprenderse del matrimonio es rescatar o establecer una nueva sensación de identidad para evitar seguir ligado al otro, es decir nuevas costumbres, relaciones sociales, nuevos proyectos. Es urgente que el hombre o la mujer no arrastren su antiguo fracaso matrimonial y lo incorporen a sus nuevas relaciones atentos al “temor al fracaso” ya que puede convertirse en una profecía. Las pasiones, la ira o los sentimientos de indignación pueden conducir a distintas clases de violencia. La física aparece en ocasiones pero la más común y cruel es usar a los hijos como armas de venganza contra el ex cónyuge. Fuente: Mgs. Sonnia Navas GafterPsicóloga Clínica-Magíster en Terapia Familiar SistémicaTeléf: 244-8058. Cel. 09 295-1231,correo: pscsonia@yahoo.comwww.sonnianavas.comSiguiente artículo: Recomendaciones para Padres