En Zohan interpreta a un agente judío que es más que eso, un superhéroe. Cuando se harta de la violencia entre israelíes y árabes, se muda a Nueva York para ser peluquero. Detrás de una leve sonrisa, Adam Sandler se presenta bastante tímido cuando lo entrevistamos. Hablando con la cabeza baja, le cuesta entrar en confianza, hasta que logra las primeras risas con sus respuestas. Acostumbrado a bromear delante de una silenciosa cámara, se siente presionado por hablar sin guión, desconfiando cualquier seriedad que pretenda descubrir su verdadera personalidad. Pero a la par de sus bromas, termina destapando la ternura y calidez de uno de los más famosos cómicos de Hollywood. Pregunta: Por lo visto, ahora se dedica a producir más cine del que protagoniza. ¿Ya no disfruta tanto de la actuación como antes?Respuesta: Sí, sí, disfruto de la actuación, absolutamente. Pero lo bueno de producir una película es que además consigo que los estudios presten plata a mis amigos (se ríe). P: ¿A la hora de aprovechar el humor no se impone ningún límite? ¿Con las bromas a veces llega demasiado lejos?R: Sí, pasa. Te das cuenta cuando vas demasiado lejos si el público se queda callado en las proyecciones de prueba y por eso a veces quitan ciertas escenas de una película. P: ¿Qué estilo de humor prefiere? ¿El subido de tono que explota al máximo en Zohan o un tono más familiar como el de la película Bedtimes Stories?R: Ni siquiera terminamos Bedtimes Stories. Todavía estamos en pleno rodaje, pero creo que va a ser grandiosa. Me siento bien haciéndola, tratando de filmar una película divertida para chicos. Veremos. P: ¿Y en la comedia Zohan no le preocupa que alguien se moleste por el humor tan chocante?R: No es mi intención molestar a nadie. Yo soy feliz cuando la gente pasa un buen momento. Y te digo más: si alguien se me acerca diciéndome que se ofendió por algo que yo hice en el pasado, lo escucho y me disculpo, porque nos matamos trabajando en los guiones para filmar una película. Y siempre me imagino a la gente pasándola bien. Si alguien sale del cine pensando “¡hombre! hubiera deseado que no dijeran aquello”, me rompe el corazón. Con Zohan solo quisimos hacer una película divertida. Nada más. P: ¿Es cierto que viene pensando en la idea de esta película desde hace diez años?R: Sí. Cuando era chico siempre escuchaba sobre el ejército de Israel en un país demasiado chico, donde todos aquellos que los rodean querían que desapareciera. Y cada vez que alguien los atacaba, se defendían a la perfección. Siendo un jovencito judío, era algo que me enorgullecía. Pensaba “ok, tratan de hacer desaparecer a los judíos y los judíos no van a dejar que suceda”. Y por eso los admiro. Además tengo muchos amigos israelíes en California y he ido a bastantes casamientos judíos que son una locura. En un tiempo hasta había un israelita que me cortaba el pelo, se llamaba Yuki. Y me pareció graciosa la idea de un soldado israelí guerrero, sin ningún tipo de miedo, que escondiera el secreto sueño de querer hacer algo más, pero con miedo de compartirlo con los demás. Siempre que hablaba de la película imaginaba a Charles Bronson en Death Wish y lo gracioso de pensar que un peluquero pueda matar a alguien. P: ¿No tiene miedo de que alguna señora mayor le pegue una bofetada después de ver una película donde bromea tanto sobre las relaciones sexuales con mujeres de la tercera edad?R: No, no tengo miedo. Pero ya siento que me quité la idea de la cabeza. Las amigas de mi madre y yo nunca llegamos al lugar que siempre quisimos (empieza a reír). Y el hecho de haberlo ‘hecho’ con estas mujeres en la película, siento que ahora puedo estar más tiempo con las amigas de mi madre sin sufrir esa tensión tan extraña (no para de reír). P: Personalmente se lo ve como alguien bastante tímido y respetuoso. ¿Cómo fue que se animó a filmar tantas insinuaciones sexuales con una persona mayor?R: Lo que más me puso nervioso fue la escena donde me besaron el pecho para quitarme crema de las tetillas, porque esta gentil señora, de repente, preguntó: “¿Qué? ¿Que tengo que hacer qué?”. Por lo visto, no había leído los comentarios al costado del guión y para colmo había que filmar más de una toma. Fueron como cuatro. Creo que yo arruiné la primera. Quería terminar rápido para que esta gentil señora pudiera volver a casa. (Se empieza a tentar de risa, otra vez) Y cuando comenzó con el beso, en mi cabeza, yo sentía que era algo que mi esposa ya había hecho antes y yo deseaba que no generara ninguna otra reacción (las risas ya son indescriptibles). Así que empecé a reírme de los nervios y la señora me preguntó: “¿Qué? ¿Qué pasó?”. Tuvimos que cortar y volver a filmar algunas tomas más. Fue lo peor. P: ¿Hubo algo en el guión original que tuvieron que sacar porque era demasiado ofensivo?R: Sí, sí. P: ¿Tiene que ver con el balance del humor entre judíos y musulmanes?R: Sí, pero creo que al final de la película dejamos en claro que la vida sería mucho más fácil si todos nos lleváramos bien. No es ninguna teoría nueva, pero es adonde se inclina la historia y espero que la gente también lo tome en cuenta. P: ¿Sabe si la película se va a proyectar en Israel y los países árabes?R: En Israel, estoy seguro. Supongo que sí. Veremos qué pasa. Todavía están discutiendo con Sony en Damasco, por ejemplo. P: ¿Hubo algún otro desafío en una película como esta?R: Sí. Fue tanta gimnasia y preparación física. Lo odié. P: ¿Se entrenó bastante?R: Sí. Todos los días. Y nada de comer. Nada. No podía comer tanto como quería. P: Es que aparece desnudo en bastantes escenas. ¿Hubo algún entrenamiento especial para mantener el trasero en forma, para la filmación?R: (Riendo) Es difícil. El ‘trasero’ es un músculo diferente. Tiene mente propia y yo tenía que mantenerlo firme. Mi esposa tiene dedos muy grandes y necesitaba mantenerlos en el área de mi raya, mientras yo caminaba por la habitación una hora y cuarenta minutos por día (más y más risas). P: Hablando en serio, ¿para las escenas de acción necesitó muchos dobles?R: Y... si había algo peligroso, teníamos como quince personas a mano en el estudio. Con señalar alguno para que se tire de un edificio, yo solo necesitaba aterrizar diciendo “está todo bien”. P: ¿Puede extender las piernas al nivel que lo muestra la publicidad?R: Sí, pero una sola vez. Una vez y termina mi vida. P: ¿Qué hay sobre la obsesión por un buen peinado, como su personaje?R: No, nunca fue algo que me haya excitado en lo más mínimo. Tampoco suelo tener buenos peinados. No tengo mucho pelo para tocar. A la gente le enferma. Por años busqué el estilista perfecto, hasta que decidí cortarme al ras para verme más decente. Pero me gustó aprender sobre el pelo y aprendí a cortar. Es un arte. Cuando nos sentamos para que nos corten el pelo, no vemos la hora de levantarnos para seguir con nuestras vidas. Pero ahora me doy cuenta de que tienen que pensar bastante allá arriba. Ahora, antes de cada corte, les deseo suerte. P: ¿Alguna vez tuvo problemas con su familia por haber salido con alguna chica que no fuera judía?R: No, en mi familia, no. Déjame pensar... Siempre me metí en problemas con mi familia porque soy un psicótico, pero no tenía nada que ver con eso. Nada grande. Cuando era chico, mis padres querían que me casara con una chica judía porque era lo que les enseñaban a todos sus hijos, pensando que sería una vida más fácil para mí, si tuviese un hijo judío. Hoy tengo una esposa judía y tengo un hijo judío. Y me parece que están muy contentos así.