Las dos computadoras portátiles decomisadas a guerrilleros colombianos por miembros del batallón motorizado del Ejército 13 Esmeraldas, el pasado 18 de mayo en el operativo Jericó, aún permanecen en las bodegas de este reparto.
Pero aunque han transcurrido tres meses de su hallazgo, todavía no se ha verificado el contenido del disco duro.
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El coronel Guillermo Tamayo, jefe de la Unidad Militar, recordó que en el límite entre Ecuador y Colombia, a 6 kilómetros del destacamento militar de Tobar Donoso (entre Esmeraldas y Carchi), se localizó una base que se presume pertenecía a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
En el lugar se encontraron pertrechos militares, un panel solar con sistemas satelitales para celulares, 30 sacos de sosa cáustica, un generador, una caseta de mantenimiento de los equipos electrónicos, 60 granadas, cohetes, ametralladoras y tanques con acetona.
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Aunque la mayoría del material encontrado fue destruido, las armas, las computadoras y los equipos electrónicos fueron llevados a Esmeraldas, por recomendaciones del fiscal Jhonny Bedoya.
También dispuso que se designen tres peritos –uno del Ejército, uno de la Policía Judicial y un especialista civil– para que revisen las laptops.
Mientras que el ministro fiscal de Esmeraldas, Lenín Arroyo, solicitó que técnicos de Microsoft lleguen hasta la ciudad para inspeccionar el contenido de los discos de las dos computadoras, pero aún no han sido seleccionados por la empresa.