Otra solución es poner dinero de su bolsillo para tener un mayor beneficio, como Kevin Costner con los $ 21,3 millones que le ha costado su nuevo estreno, Swing vote, monto que espera recuperar sin devolverle nada a nadie con intereses.
Los estudios no quieren independizarse sin contar con un presupuesto moderado, ya que los que se arriesgaron cerraron sus puertas porque sus filmes fueron ignorados.