| cicaza@eluniverso.comObsesivamente politizada, la película del director socialista Ken Loach introduce una inquietante visión sobre los conflictos civiles en Irlanda desde 1920. The Wind That Shakes the Barley (Los vientos que acarician la pradera) narra la trágica historia de Damien (Cillian Murphy), un joven irlandés estudiante de medicina, que es obligado por las atrocidades que el ejercito del Imperio Británico comete contra su gente, a dejar su vocación y unirse a la causa republicana. Es un movimiento guerrillero que a su vez ejecuta sangrientas venganzas contra colaboradores, en las que Damien toma parte.El director británico Ken Loach se enfoca en un periodo específico de la historia de Irlanda y la reflexión es valedera para nuestros tiempos: esto ocurre en muchos otros países donde la guerra de guerrillas, causada por ocupación extranjera o conflicto civil, destruye familias enteras y polariza las sociedades, dejándolas divididas y llenas de odio décadas después del fin del conflicto. La lógica de la insurgencia es la de ganar el apoyo de la población local con ataques terroristas contra ella que sirven de ejemplo para potenciales colaboradores. También hay ataques al ejército inglés, que en casi todos los casos los lleva a torturar y matar civiles en represalias o a una cacería indiscriminada por  los amigos y familiares de guerrilleros. Al presentar estos terribles hechos en un estilo casi documental, la película deja de lado mucho del drama personal de sus protagonistas, quienes son vistos solo como parte de un doloroso proceso histórico. La  Irlanda de 1920 que muestra la película es presa de los intentos de un imperio británico en decadencia por mantener el control sobre sus colonias, después de la primera guerra mundial. Al final, la guerrilla republicana obliga a los británicos a dejar el país, pero su sueño de independencia se ve  traicionado por sus aliados, que, bajo la amenaza de una guerra total, firman un tratado con el Imperio que deja al país como un mero dominion, como lo fuera Canadá entonces, jurando lealtad al Rey británico. La insurgencia se convirtió en una guerra civil, en la que los guerrilleros terminan luchando con los que antes eran sus camaradas. Es aquí donde el filme trata de acercarse a la tragedia que traen estos conflictos. Teddy (Pádraic Delaney), hermano de Damien, como oficial de la nueva fuerza policial y poniendo  la razón de estado sobre sus lazos familiares, ordena la ejecución de su propio hermano cuando Damien se niega a proveer información. Sin duda, algunas situaciones como estas  hay en Colombia, Líbano, Palestina, Iraq y Afganistán.  El divisionismo de cualquier índole es obra de antipatriotas. Precedida de la Palma de Oro del Festival de Cannes del 2006, The Wind that Shakes the Barley continúa la trayectoria de un director que se ha caracterizado por una afinidad política izquierdista que muchas veces trivializa la humanidad de sus caracteres. Uno se transporta a las inolvidables visiones del neorrealismo italiano de los años cuarenta y cincuenta, con maestros del cine que nos vinculaban visceralmente a las vidas de sus protagonistas y no solamente a discursos histórico-políticos. Estos vientos irlandeses de Loach nos empujan irremediablemente a tomar partido con causas mucho más complejas de lo que aquí parecen.