| rrivadeneira@radiocity.com.ecEn Radio City: FM 89.3 Guayaquil y FM 99.7 la Península, de lunes a viernes, 18:00. A falta de héroes urbanos, muchos nos refugiamos en las pantallas de cine y de televisión para maravillarnos con escenarios imposibles y hazañas irreconocibles por parte de nuestros clásicos héroes de acción, aquellos que iluminaban nuestras vidas con absurdas e incrédulas persecuciones de auto, exuberantes mujeres dispuestas a hacer todo por estos hombres y la más opaca y estúpida narrativa de un guión. En estos siempre debía haber la muerte cercana de algún familiar, novia o tío lejano para que nuestra estrella obtuviera sed de venganza; los terroristas estaban a la orden del día y las inexactitudes históricas, científicas y de la misma realidad caían más rápido que la carrera de Dolph Lundgren.Este actor, quien tuvo la osadía de interpretar al legendario He-Man en la versión cinematográfica de 1987, siempre será recordado por haber encarnado a Drago, el oponente ruso de Rocky en su cuarta entrega, y por su pobre uso del idioma inglés. Otro actor con problemas lingüísticos es Jean Claude Van Damme, “los músculos” de Bruselas. Sus habilidades brillaron en el celuloide en películas como Contacto sangriento, Kickboxer y Street Fighter, y al igual que su coprotagonista en Soldado universal, Dolph Lundgren, ha visto su carrera desvanecerse hacia lanzamientos dirigidos al formato DVD y ser objeto de incesantes críticas y burlas. Quien completa este reparto estelar es Steven Seagal, actor cuyas películas alcanzan cerca de 850 millones de dólares de recaudación en todo el mundo. Los medios y cinéfilos suelen reírse de la vida de este sujeto por sus causas nobles pro ambiente y animales, al igual que sus líneas de productos de cuchillos, bebida energizante y su afinidad por usar atuendos similares a los típicos quimonos. A su vez, el señor Seagal, quien es afín a la religión budista, afirma ser reconocido como una reencarnación de un lama tibetano. Y a pesar de que Arnold Shwarzenegger es desacreditado a diario por sus posturas y políticas como gobernador de California, su estilo cinematográfico de pulcra exageración y escapismo único parece ser extrañado por fanáticos y público en general. No por nada dos de sus socios de negocios, Sylvester Stallone y Bruce Willis, parecen tener un renacer en el celuloide, precisamente, con el tipo de personajes que supuestamente se habían extinguido de Hollywood, los héroes de acción. Stallone no solo resucitó al personaje de Rocky Balboa para la película del mismo nombre. La sexta entrega de esta saga probó ser mucho más que un acto de nostalgia, los fanáticos aplaudieron su regreso y los números lo acompañaron al recaudar 155 millones de dólares. Otro personaje extraído de alguna selva sin nombre es Rambo, cuya más reciente entrega, a pesar de no salir favorecida por los medios especializados, disfrutó de 113 millones de dólares en taquilla. A pesar de que Bruce Willis se alejó del género para probar su calidad como actor dramático, su sangre hirvió de nuevo al desenterrar a John McClane para Duro de matar 4.0, cinta que logró un poco más de 382 millones alrededor del mundo. Aunque Dwayne The Rock Johnson y Vin Diesel quieran jugar a ser vaqueros modernos en las pantallas, los fanáticos claman por algo que los llene de esa sensación y sentimiento que los embargaba cuando miraban a sus héroes retroceder nunca, rendirse jamás.