Es vital. Sonriente. Y con su gran sonrisa y esa voz tan española, la escritora de literatura infantil Montserrat del Amo, una de las invitadas de la Feria Internacional del Libro –vino por gestiones de Librería Vida Nueva y Diario EL UNIVERSO– cuenta que es la tercera vez que visita Guayaquil. Comenta que aquí se siente como en casa, por el sentido del humor de la gente, que es muy parecido al madrileño. “En otro lado no me atrevo a decir bromas, pero aquí mis bromas son muy bien acogidas”, señala esta autora, de 81 años, que tiene una extensa obra literaria y que durante su estadía en la ciudad dicta talleres para niños y maestros. Su reciente libro se titula Cuentos contados. Relata que este año se le ha hecho difícil escribir, por los viajes y comparecencias públicas. En noviembre pasado recibió en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, México, un premio por su trayectoria. A partir de ahí, las invitaciones a países no han cesado.
¿Qué importancia tiene para usted el humor?
Yo creo que en la comunicación humana es absolutamente esencial el humor. Para comunicar bien, lo primero es que una no se dé importancia. Parece que hay gente que va a contar a los otros lo importante que es. Y en segundo lugar, no hay que aburrir a la gente. Hacer las cosas llamativas. Yo lo procuro hacer y me da resultados. Mis dos secretos son el humor y la sorpresa.