Luce más relajado. Aunque llega de terno siempre sin corbata, ahora incorpora a su look un nuevo toque de informalidad casi colegial. Se lo da una mochila azul que, desde que dejó la Presidencia de la Asamblea, lo acompaña a todos lados. Prácticamente es su nueva oficina.
Alberto Acosta ya no tiene un espacio fijo para dejar sus cosas. Mejor dicho, decidió no tenerlo. Ahora prefiere cumplir una especie de “itinerancia”.
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El martes por la noche, luego de que el pleno aceptara su dimisión, sacó sus pertenencias de la oficina que –junto al plenario– ocupó por siete meses. Documentos, fotos, recuerdos. Todo entró en una mochila.
Hoy ese despacho se muestra vacío. Fernando Cordero, quien desde ayer se oficializó en el cargo que dejó Acosta, se niega a dejar el área destinada a la Vicepresidencia. “Aquí me quedo. Los espíritus buenos están aquí”, bromeó.
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A Acosta le han ofrecido dos oficinas (ninguna ha querido ocupar): una junto al pleno, originalmente concebida para los asesores de la Vicepresidencia; y otra en el edificio administrativo, donde se acomodan –en espacios menores a los 2 m²– los demás asambleístas.
En ese edificio PAIS hablaba de cederle la oficina que dejaría María Paula Romo si, como se debatió previamente en el bloque, asume la presidencia de la mesa 10, de Legislación y Fiscalización, en reemplazo de César Rodríguez, propuesto para la Comisión Directiva.
Acosta, sin embargo, mantiene algunos “beneficios” de la Presidencia. Por ejemplo, todavía se le facilita un vehículo oficial para trasladarse –con chofer incluido, aunque un 4x4 más “modesto”– y, “por si acaso”, tiene asignada una escolta. En PAIS dicen que nunca se sabe, que todavía podrían atentar contra su seguridad.
Antes tenía un equipo de seguridad de ocho personas, hoy se lo ve con una. Lo toma con humor: “Ahora corro solo en las mañanas. Ya no voy con estos vagos (sus antiguos escoltas) que van muy lento”.
La rutina de Acosta ha cambiado en pocas horas. Ayer llegó a las 09:00, muy puntual, a la mesa 7 de Régimen de Desarrollo, de la cual forma parte. Usualmente se excusaba de ir por sus labores de presidente.
Ahora es común verlo entrar y salir por la puerta principal del plenario, junto al resto de asambleístas. Las autoridades, en cambio, tienen otra salida que se conecta directamente a un parqueadero privado lleno de uniformados. Él va al área de estacionamientos que utilizan los visitantes, periodistas y el resto de asambleístas.
En el plenario está de primero, no por la dignidad que ocupó sino porque el orden alfabético le dio la primera curul.
Con su dimisión su círculo se llenó de nostalgia y algunos asambleístas se admiten “indignados”. Su personal de confianza presentó la renuncia el mismo día que él presentó la suya. Tenía cinco asesores y dos asistentes. Solo le quedarán el economista Hugo Jácome, el sociólogo Francisco Rohón y la asistente Verónica Oquendo, pues como un asambleísta más solo puede contratar ese número. Otra asesora irá al canal estatal Ecuador TV.
Algunos asambleístas y personal allegado le pedían a Acosta, hasta ayer, que regrese a la Presidencia de la Asamblea. Se lo repetían con más insistencia, luego de saber que el mandatario Rafael Correa expresó que “nadie es imprescindible” en Ciudad Alfaro. Eso, según fuentes cercanas, indignó a Acosta. No esperaba esa actitud.
Tal parece que Acosta prefiere tomarlo con optimismo y ver, más bien, que se ha quitado un peso de encima.
Ayer, por ejemplo, luego del receso que ordenó Cordero a las 13:40, no regresó al plenario porque, según comentó a sus allegados, iba a ver a su esposa, Ana María Varea.
POSTURAS ENCONTRADAS
Alberto Acosta
Ex presidente de la Asamblea
Sobre democracia
En su renuncia a la Presidencia de la Asamblea, Alberto Acosta señaló que “la democracia tiene como condición intrínseca fundamental que todos y todas puedan escuchar y ser escuchados (...). Tenemos la necesidad de un cambio en la forma de hacer política, rescatando la política y repolitizando la sociedad; teniendo presente que la democracia es para todos y para todas. Rechazando en los hechos y no solo en los discursos, las viejas y desgastadas prácticas de la partidocracia”.
Plazo para textos
“No creo que se deba sacrificar el debate, la deliberación, la apropiación e identificación con el proceso, la claridad y calidad de los textos, a la premura de los tiempos”. Por eso la mayoría de la cúpula de Acuerdo PAIS “me solicitaron dar paso a otra dirección que apresure la aprobación de los textos para cumplir con la fecha tope del 26 de julio”.
Visiones propias
Acosta agregó que “siento que el ejercicio de la autoridad, responsable con quienes le designan, respetuosa del mandato encomendado, ennoblece. Lo contrario, el ejercicio del poder por el poder embrutece. Ese riesgo no me lo correré, prefiero seguir siendo fiel a mis principios”.
Rafael Correa
Presidente de la República
Sobre democracia
El mismo día, el presidente de la República, Rafael Correa, dijo “que no nos desconcierten con falsos dilemas, no hay antagonismo en trabajar excelentemente bien y extraordinariamente rápido para cumplir con el mandato inamovible, ineludible del pueblo, y un primer paso es dejarnos de falsas democracias, que nos quieren hacer creer que todo el mundo puede debatir interminablemente...”. Ayer habló de “una falsa democracia del bla bla bla...”.
Plazo para textos
Correa también sostuvo que “otra cosa es creer que no necesitaban conducción política; que podían sentarse a perder el tiempo en debatir por debatir”. “Democracia es cumplir con el mandato que nos dio el pueblo en la consulta popular, que nos dijo hacer una Constitución en ocho meses y eso es precisamente lo que va a hacer PAIS...”.
Visiones propias
Sin dar nombres, el Mandatario dijo la noche del miércoles pasado que “nadie es imprescindible”. Luego recordó las palabras de Eloy Alfaro con las que Alberto Acosta finalizó el texto de su renuncia a la conducción de la Asamblea: “Nada para nosotros”, hace poco “lo dijo un entrañable amigo mío”.