Pícaro, serio, sorprendido y muy conmovido... pero para nada turro. Así se mostró el presentador Leopoldo Polo Baquerizo durante las tres horas que estuvo conectado en la cita digital del sitio web de este Diario (www.eluniverso.com).

El animador de ‘Haga Negocio Conmigo’, de TC Televisión, llegó antes de la hora prevista para contestar todas las preguntas. Sin embargo, cumplir la meta fue imposible, pues los mensajes no pararon de llegar.

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Y no es para menos, pues luego de 32 años de estar en la televisión, el animador delgado de tirantes ha ganado espacio en una buena parte de los hogares ecuatorianos. Así lo confirmaron las decenas de correos que recibió, especialmente de emigrantes, como las familias Clavijo Palma y Moreira Félix, que desde Madrid dijeron no perderle la pista por EcuaTV.

Desde Babahoyo, Edith Crespo le confesó que lo respeta mucho por ser “una de las pocas personas a las que le gusta ayudar a los demás”. Las  fans  más osadas no faltaron. Una de ellas fue María José, quien pese a que manifestó que no le gustaba lo sarcástico que era en el programa, le dijo que pensaba que era un papasote.

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Pero lo que más le llegó al eterno perdedor fue la primera parte. Por eso aprovechó para decirle que desde que nació el programa, ha venido manteniendo una forma de comunicación, “que es la que entre amigos del barrio, escuela, universidad o en una reunión la hacemos. Jamás busco dañar u ofender al ser humano (...) Otra aclaración: no soy papasote”, bromeó al final.

Por otro lado, Víctor García le confesó la envidia que le tiene por compartir pantalla con dos mujerones. “Víctor, no sea sufridor. La verdad es que son buenas compañeras de trabajo, y lo demás es pura imaginación para ti. No sufras”, contestó.

En medio de los halagos y bromas,  Polo  manifestó en todo momento su fe por Dios. Cuando le preguntaron qué sentía por los logros obtenidos. “Me sentiré un hombre triunfador si Dios me permite, el día en que muera, entrar al cielo. Caso contrario, todo habrá sido en vano, a excepción de mi mujer y mis hijos”, le dijo a Rocío.

Verónica García, desde Suecia, aprovechó para preguntarle cuántos tirantes tiene desde que decidió dejar los ternos en 1980. “¡Huuy, Verónica! he tenido todos los tirantes del mundo, pero también he regalado muchísimos. Me quedan alrededor de 30”, anotó.

Decidido a contestar todo,  Polo  no dejó pasar el email de Fabián Terán, quien desde Poughkeepsie, Nueva York, le preguntó si es posible “vivir normalmente en Guayaquil sin miedo a que a uno lo mate la delincuencia”. Sin dudarlo, le exhortó “no tengas miedo de venir a tu ciudad y fajártelas como todos nosotros. Esta no es una ciudad desgraciada (...) Los malos existen en todas partes, pero los buenos somos mayoría. Esfuérzate por ser feliz”.

Sobre su carrera de comunicador social, no descartó la posibilidad de cubrir a un presentador de noticias en una emergencia. No quiso despedirse sin asegurar que “es un privilegio que la gente todavía me demuestre simpatía y cariño. Muchos pueden ser conocidos, pero no todos queridos”.