Comer cereales, legumbres, frutas y vegetales absteniéndose de las carnes, pero aprovechando la leche y los huevos,  es una costumbre ancestral saludable. Ser vegetariano es formar parte de una corriente ancestral que fundamenta sus principios en conceptos filosóficos de no agresión a los animales y en el consumo de alimentos que proporciona el reino vegetal.Este concepto lo da la médica nutricionista Mariuxi Egas Miraglia, quien menciona la existencia de dos corrientes del vegetarianismo: la vegan y el ovolactovegetarianismo. La primera propone el consumo único y exclusivo de alimentos de origen vegetal. La segunda, comer no solo productos vegetales sino los que no requieren agresión a los animales como la leche y los huevos. Pero ¿cuál es la mejor? Ella piensa que el ovolactovegetarianismo es una muy buena opción de alimentación saludable, porque bien llevada no produce problemas de desnutrición o deficiencias vitamínicas, ya que cubre todos los requerimientos que pide el cuerpo como son las proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales. Quienes la siguen generalmente no presentan trastornos en sus grasas (colesterol malo elevado o triglicéridos alto). Incluso viven una filosofía distinta que incluye la meditación, la actividad física, el equilibrio y la armonía.Gonzalo Arcos del Centro Integral Ollantay es un ovolactovegetariano. Dice sentirse saludable y tranquilo desde que empezó a alimentarse de esa manera. Piensa que los que comen carne reciben la energía instintiva del animal y es por ello que se vuelven agresivos. También cree que al no consumirla el páncreas no trabaja tanto elaborando los jugos gástricos necesarios para desintegrarlas y que por ello surge  la tranquilidad que siente. En cuanto a la corriente vegan (vegetarianos puros), explica Egas, a la larga sus seguidores pueden hacer deficiencias de la vitamina B12 que solo se encuentra en los productos de origen animal y siendo así es más difícil alcanzar los requerimientos nutricionales del cuerpo. La deficiencia de esta vitamina produce anemia megaloblástica. Ocurre porque al faltar la vitamina B12 los glóbulos rojos se hinchan y al pasar por los vasos sanguíneos se rompen provocando una disminución en su cantidad y en el desarrollo del contenido interno para el adecuado transporte de oxígeno. Eso genera anemia que se manifiesta con fatiga, debilidad, palidez, pero que se resuelve con la administración de la vitamina B12 por vía intramuscular o el consumo de carnes. Sin embargo, los vegan al ser bastante  místicos (dedicados a la meditación) no tienen tanto gasto de energía y viven bien.  Hacia el cambio La doctora Jenny Jordán,  experta en nutrición vegetariana, dice que si alguien  quiere ser un  vegan o un ovolactovegetariano debe empezar con la ayuda de un nutricionista  para evitar complicaciones. Para serlo se necesita de preparación, pues se deben escoger los alimentos que proporcionan la cantidad suficiente de carbohidratos, proteínas, grasas, minerales y vitaminas. “Y no se trata solo de comer tomates o lechugas”, agrega Egas.  La mayoría de las personas que buscan ser vegetarianas lo hacen por salud. En un momento dado se dieron cuenta de que a causa de una mala alimentación, que produce toxinas, se habían enfermado con problemas digestivos, inflamatorios, gastritis, colitis, cálculos en la vesícula o el hígado graso. La doctora Jordán reconoce que comer leche y huevos también tiene su inconveniente, porque provienen de un animal. La primera, por ejemplo, fue diseñada para ser asimilada sin problemas por un ternero, pero en el humano es más difícil procesarla y, en algunas personas, les causa alergias, rinitis o problemas respiratorios. La segunda, si bien es una proteína completa,  tiene gran cantidad de grasa (huevos de gallina) y  no es recomendado su consumo frecuente, solo dos o tres veces a la semana, a diferencia de los huevos de codorniz que son bajos en grasa. Lo bueno, agrega Egas, es que siempre hay alternativas. Dentro de los vegetales hay algunos muy ricos en proteína de origen vegetal. La soya y sus derivados, por ejemplo, es un buen reemplazo de la leche de vaca y puede sustituir en 100 gr. la cantidad  diaria requerida. Se consume en forma de leche, queso o carne.  La quinua también es un cereal rico en proteínas, carbohidratos y minerales. En lo que corresponde a las hojas verdes como acelga, espinaca, berro, apio, entre otros, contienen proteínas abundantes, además minerales. Incluso el chocho tiene un elevado contenido de proteína y es un excelente sustituto  de los productos cárnicos. Asimismo, agrega Jordán, los brotes germinados tienen un contenido proteico muy especial. Sus aminoácidos no necesitan ninguna transformación y son asimilados directamente. A estos brotes se los coloca sobre una ensalada, en la crema. Un buen vegetariano aprende a comer en la proporción adecuada, 12% de proteína, 22% de grasa y 60% de vegetales. Además ingiere en especial  productos integrales como son el trigo y arroz, que en la cubierta está contenida la vitamina del complejo B, una pequeña porción de proteína y la enzima digestiva para no tener problemas digestivos y llenarse de gases.