La población de lobos se va extendiendo poco a poco por Alemania, diez años después de su reaparición tras quedar extinguidos hace 150 años.

Según un balance presentado hoy por la organización ecologista NABU, desde su primer avistamiento en 1998 en la región de Lausitz, al este de Alemania, se han empezado a ver también unas pocas manadas en la Baja Sajonia y Hesse.

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Los ecologistas califican de "gran suerte" el hecho de que los lobos hayan podido propagarse a otras zonas, lo que implica sortear todo el tejido de carreteras y autopistas.

Hasta ahora solo se han certificado cinco muertes de lobos por accidente, explicaron desde NABU.

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No obstante, la propagación se va produciendo muy lentamente y hasta ahora solo se han contado con seguridad tres manadas con crías en todo el país, cada una de ellas con entre veinte y veinticinco animales.

El presidente de NABU, Olaf Tschimpke, lamentó que en Alemania la coordinación de los programas de protección se realice demasiado a nivel regional y no a escala nacional, como sería necesario tratándose de una especie en peligro.

En particular, criticó que no haya unas reglas de convivencia de lobo y humanos válidas en todo el país y que todavía se trate como falta menor matar a un lobo. "Es un delito" y cómo tal debe tratarse, dijo Tschimpke a través de un comunicado.

NABU lanzó hace tres años una campaña titulada "Bienvenido, lobo", cuyo objetivo es mejorar la aceptación de los lobos y mejorar así sus posibilidades de convivencia con el hombre.