Hablan los involucrados. Hombres y mujeres critican y alaban los besos que han marcado sus recuerdos. ¡Que nadie se resienta! Quizá, más de un lector aprenda algún tip que le brinde más sabor a sus encuentros labiales.En ellas, sentimientos y pasiónLas mujeres dejan las inhibiciones, se despojan del manto de la vergüenza y se toman con seriedad el tema. Prefieren que no revelemos sus apellidos, pero a cambio confiesan esos detalles íntimos que las lleva a catalogar un beso como perfecto o sencillamente rico. Ninguna logra determinar una técnica específica o algún truco escondido que las haya marcado de manera especial, pero coinciden en que todo beso para que sea bueno debe venir acompañado de una carga de pasión. Paola, una consultora de 31 años, es más explícita: “Tiene que tener el cuerpo de un buen vino, desde que empieza hasta que termina. El beso debe ser como un Cabernet Sauvignon que te deja ese sabor recorriendo la boca”. Y para que eso ocurra, dice ella, debe venir precedido de un abrazo fuerte por la cintura y de un movimiento de labios que imprima fuerza. “Si no es intenso es como cualquier beso”. Mónica, comunicadora de 28 años, confirma su apreciación, aunque evalúa además dos factores a la hora de besar: “Puede ser rico porque está bien dado o por el sentimiento que tenga por la persona que me lo da”. Para ella, el ‘bien dado’ significa que tenga intensidad, que haya presión en los labios y contacto con la lengua. En el segundo caso, es preciso que haya atracción o sentimiento con la persona. Elizabeth, una estudiante de gestión empresarial, de 21 años, considera que el beso debe comenzar suave y ganar intensidad conforme vaya avanzando, pero sin dejar de lado la pasión. “Puede parar un poco, pero sin dejar de besarme y luego continuar fuerte”, cuenta ella. ¿El peor error? Que por ser apasionado se torne baboso. Todas coinciden en que es el mayor desencanto para una mujer. Ketty, licenciada de 26 años, aún recuerda a un novio del colegio porque era apresurado para besar y por ese arrebatamiento sus besos terminaban mal. “Besaba horrible, así que no duramos mucho”. Paola tuvo una decepción similar. “Había un tipo que me gustaba mucho, era atractivo y nos llevábamos bien, pero cuando me besó por primera vez fue desagradable y decepcionante. No sabía besar”, cuenta entre risas. Ese detalle la hizo desistir de intentar algo más con esa persona. Atracción vs. sentimientoSi bien un beso puede marcar a alguien por la forma en que se lo dieron o por los sentimientos que había de por medio, ¿hasta qué punto puede ser determinante en un acercamiento? Andrea, una estudiante de diseño de 23 años, considera que es un factor que sí puede definir la línea entre intentar algo más o no, siempre que no existan aún sentimientos de por medio. “Si yo siento algo por él y lo quiero, esos sentimientos se compaginan con el beso, pero si me gusta tiene que besar bien para ver si esa conexión nos lleva a algo más”. Con su novio, refiere, siempre ha existido química al besarse, y eso ha mantenido encendida su relación después de cinco años. Sin embargo, aclara, es clave que el otro sepa manejar los labios y la lengua, que la abrace por la cintura y la sepa acariciar (las mejillas o la espalda) cuando la besa. Melina, una chef de 27 años, cree que eso llega por añadidura según la conexión que exista con la persona. Cuenta, por ejemplo, que con su pareja los besos siempre pueden llevarla a algo más o dejarla con ganas de seguir besándolo. “Si hay química, gusto y cariño, el beso va a ser mucho mejor y se va desarrollando solo, sin técnica establecida”. A Lisbeth, una estudiante de 22 años, le parece indispensable que haya atracción –no necesariamente sentimientos– porque de eso depende que el beso sea “espectacular”. “Puedes besar a un tipo que sea guapísimo, pero si no te mueve el piso o no hay química el beso tampoco es bueno ni apasionado como debe ser”, agrega. Alejandra, de 33, recuerda a uno de sus ex por lo bien que besaba, pese a que físicamente no le atraía. “Era feo, pero cuando me besaba era espectacular”. Karina, de 25, en cambio asegura que siempre pensó que con su novio había una conexión increíble al besar hasta que conoció a un joven atractivo que la marcó con un beso. “Fue durante unas vacaciones, al principio no hubo atracción, pero salimos a bailar en grupo y terminamos besándonos, fue tan intenso y apasionado que todavía me acuerdo de él. Por eso creo que el beso no siempre depende de los sentimientos”. Soraya, de 22 años, cree que con un vacile puede haber un buen beso, pero que ninguno se compara al que se da con la persona que amas. “Creo que cuando uno quiere besas mejor, siempre tiene que haber un nexo si no no es lo mismo”. La sexóloga Consuelo Camacho explica que el beso provoca sensaciones placenteras “sexo-afectivas” en la persona porque estimula la boca, que está compuesta de gran cantidad de terminaciones nerviosas y vasos sanguíneos. Además, durante el beso se liberan numerosas sustancias químicas cerebrales, cuyo impacto dependerá de otros factores como la atracción, el recuerdo o las fantasías más personales. Los criterios femeninos son variados en torno a ello. Pero lo que está claro es que con sentimientos de por medio, la pasión constituye un ingrediente clave a la hora de besar. Un rico beso siempre dependerá de ello ¿o no? (K.V.)