| rrivadeneira@radiocity.com.ecFormar parte de esta experiencia colectiva fue como visitar a aquellos amigos a quien no se ve hace mucho”. Quito vive. Es una ciudad de diversos contrastes, con una historia y cultura que emana de las paredes ancestrales y árboles milenarios que decoran un paisaje tan propio y a la vez tan ancestral. Esto solo es comparable con lo que ha venido ofreciendo la banda mexicana Café Tacvba a lo largo de sus más de quince años de carrera musical. Su presentación, el pasado viernes en la Plaza de Toros de la capital, también dejó claro que el sonido que expulsan sus canciones es más cálido y potente que los rayos del sol. Un público totalmente empapado y extasiado permitió que la música de los tacvbos no solo hiciera de la lluvia un elemento externo y sin importancia, sino que prendió hasta al espectador más efímero. Formar parte de esta experiencia colectiva fue como visitar a aquellos amigos a quien no se ve hace mucho, pero el contacto se mantiene a través de correos electrónicos. Es la humildad de cada uno de sus integrantes la que logra una aceptación masiva, que alcanza un desencadenamiento de euforia desenfrenada solo al pronunciar la primera estrofa del tema que abrió el concierto, Seguir siendo: “Soy el que nunca miras, soy el que nunca escuchas, siempre estoy detrás de lo que ves”. Estas palabras dan la bienvenida a su más reciente disco Sino y no parecen representar el clamor popular entregado por los asistentes a un grupo que desafió todos los paradigmas del rock latino al proclamarse como emisarios musicales en tierras asiáticas, europeas y estadounidenses. La manera en que la banda se comunicó con las 4.500 personas que se dieron cita a su presentación fue suficiente para entregarse totalmente a sus encantos. Y es que con una voz que mezcla los clichés fonéticos del Chavo del 8 y Cantinflas, el vocalista principal de los tacvbos, a quien actualmente se lo conoce como Cone Cahuitl, nos habla como si fuera nuestro amigo del alma. Se crea entonces una confianza entre quien canta y quienes escuchan, elevando el aura del lugar a brillantes colores dentro de la oscura y lluviosa noche quiteña. La interacción juega un papel primordial con frases como: “No tomen alcohol,  muchachos... tomen el poder”, “Ustedes compraron entradas, no hospedaje”, refiriéndose al constante deseo del público a no querer dejarlos ir. También nos regresaron a nuestra realidad global al decir: “Esta canción la hicimos hace catorce años, cuando el mundo aguantaba un poquito más”, justo antes de interpretar el tema Trópico de Cáncer, que habla acerca del calentamiento global.El concierto no fue un espectáculo, no existió un manejo importante de luces o efectos visuales. Es que eso no es necesario cuando existe música que nos da tanto en cada acorde y murmullo vocal. Cada sonido de los tacvbos tenía luz propia y toda una historia que aparecía mientras los aviones esquivaban el recinto para realizar su aterrizaje. En un concierto de cerca de tres horas, Café Tacvba nos llevó a un rápido viaje por toda su carrera, dándose tiempo para tocar canciones instrumentales y hasta hacer coreografías que nos invitaban a las carcajadas que soltamos cuando alguno de nuestros amigos tiene delirios de bailarín gracias al alcohol. Como si fuera una peña con guitarras en mano, se dieron el tiempo de preguntarle al público qué canción quería escuchar, y encima regalaron la interpretación de Nuestro juramento, tema inmortalizado por Julio Jaramillo y que formó parte de la banda sonora de la película Crónicas de Sebastián Cordero. Quienes tuvimos la oportunidad de presenciar la llegada de los tacvbos a suelo ecuatoriano, con esta exhibición de magia a través de la música, nos llevaremos un recuerdo difícil de olvidar. Cuando alguien canta para uno y cada palabra llega a todos los sentidos, el agradecimiento se queda corto y comienza una nueva fascinación y admiración hacia una banda que nos ha acompañado siempre, pero como todo en la vida debe seguir su camino. Café Tacvba vino, venció y conquistó con música real que habla de realidades, sean sobre la complejidad humana y su entorno o aquellos viajes que todos debemos realizar para encontrarnos y seguir siendo uno mismo.EL AGUACATE en Radio City: FM 89.3 Guayaquil y FM 99.7 la Península, de lunes a viernes, 18:00