Llegó a Liga de Quito en 1996. De los jugadores albos que hacen historia en esta Copa Libertadores siendo titulares, es el único que nació en las divisiones menores y ha sido partícipe de los tres últimos títulos nacionales.
Paúl Ambrosi (27 años) es un símbolo del club.

Sus inicios fueron como delantero. “Jugaba en el colegio Borja 3 y en los interbarriales. Algunas veces fui el goleador de los torneos. Pero en 1999 el profesor Manuel Pelegrini (chileno que entrena al Villarreal de España) y Fernando Díaz observaron mi juego y me pusieron como lateral izquierdo”, relata Ambrosi.

Publicidad

Al comienzo fue complicado. Soy bueno para proyectarme, pero me cuesta defender. Me costó mucho, pero logré alcanzar un buen rendimiento”, cuenta el Chechito, como le dicen.

En estos 12 años de pertenecer a Liga siempre soñó con llegar algún día a sitios estelares de la Libertadores. “Estoy contento por ser parte de este grupo que busca lograr el título de la Copa, aunque  todavía nos falta”, dice.

Publicidad

Sobre el América de México, Ambrosi comenta: “Es un equipo grande no solo de su país, sino del continente. Pero nosotros vamos a enfrentarlo con mucha inteligencia y mostrando por qué estamos en estas instancias.
Tenemos que seguir con nuestra propuesta de ir a jugar de igual a igual sin encerrarnos”, expresa.

 A todos sus entrenadores les guarda mucha consideración. Sin embargo, tiene recuerdos especiales de Pelegrini, Julio Assad, Jorge Fossati, y del actual, Edgardo Bauza. “Ellos me han enseñado bastantes cosas que me han servido para superarme”, comenta.

Otra lateral
El descubridor de Paúl Ambrosi fue el uruguayo José Romanelli, ex lateral de Emelec y D. Quito. “Él me vio en un juego del Borja 3 y me dijo si quería ir a Liga. Me puso muy contento la propuesta.  Habló con mis papás y aceptaron. Tenía 16 años y llegué a las inferiores”, rememora.

En familia
El zaguero dice que para someter al América su base es creer en Dios y en su familia (su esposa Silvia Pardo y sus  hijos Paúl, Sofía y Paula).