Ciertas ondas de energía pueden interferir en el buen funcionamiento de las células. Entérese a qué se expone. Diariamente, el cuerpo se expone a distintos tipos de radiaciones, es decir, a ondas electromagnéticas que se propagan en forma de energía. Pero ¿a cuál usted debe temer? El técnico nuclear Roberto Yungan, de la Comisión Ecuatoriana de Energía Atómica, asegura que algunas personas están muy preocupadas por los efectos que producen las radiaciones, especialmente las de origen artificial que se dividen en ionizantes y no ionizantes. Dentro de la ionizante se encuentran los rayos gamma, X, ultravioleta y cósmica. Esta puede desprender de las moléculas partículas llamadas electrones, que en el caso del agua, constituyente básico de los tejidos biológicos, da lugar a la presencia de radicales libres, los cuales son tóxicos para las células. Esta propiedad se la utiliza para aniquilar células malignas como en el caso del tratamiento de cáncer por radiación.También se emplea en la realización de tomografías o TAC. Este aparato produce imágenes detalladas de cortes axiales del cuerpo. En lugar de obtener una imagen como la radiografía convencional (usada para detectar fracturas, entre otras), obtiene múltiples imágenes al rotar alrededor del cuerpo.Yungan agrega que si bien los rayos gamma son empleados como medio de diagnóstico, su exposición sin la debida protección puede provocar, dependiendo de la dosis y tiempo de contacto, cambios moleculares en la célula y desencadenar un cáncer, que se podría manifestar ocho o diez años más tarde. Por lo tanto, “quienes trabajen con radiación ionizante en industrias, laboratorios de investigación o con rayos x deben protegerse con un mandil plomado. Este es un material muy denso y pesado, que impide que las ondas lleguen al cuerpo disipándola”. Riesgos con ultravioleta Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la radiación ultravioleta (UV) penetra cada vez más en el planeta causando cáncer de piel, cataratas (opacidad en los ojos) y disminución del sistema de defensa (inmunosupresor). Esto provoca el aumento del riesgo de enfermedades infecciosas por microorganismos externos o que se encuentran en nuestro interior por infecciones previas (virus del herpes, etcétera). Asimismo, se limita la eficacia de las vacunas. La dermatóloga Blanca Almeida menciona que las radiaciones UVC son de onda corta extremadamente cancerígenas y las UVB son responsables del eritema (enrojecimiento luego de la exposición solar) e intervienen en la síntesis de la vitamina D, pero también causan cáncer de piel. Ella advierte de manera constante, en conferencias, que el uso de protectores solares con eficacia científicamente comprobada son muy necesarios para prevenir estos males. No ionizantesLas radiaciones no ionizantes, como son las ondas de radio, microondas, monitores, antenas de televisión o celulares, son consideradas de baja intensidad, pero también pueden afectar al organismo.  Por ejemplo, si alguien lleva colocado un marcapasos (un generador de energía eléctrica que envía pequeñas corrientes para hacer que el músculo cardiaco trabaje al ritmo normal) y se acerca a un horno microondas mientras está encendido, este puede afectarlo haciendo que el corazón produzca un ritmo distinto o se retrase.El patólogo e investigador español Emilio Mayayo, especialista en leucemia, agrega que la radiación no ionizante también podría provocar daño celular e incluso se la vincula con una serie de efectos adversos como dolores de cabeza o vértigo en personas predispuestas a desarrollar estos procesos negativos o cáncer. El portal tuotromédico.com también menciona que el papel de las radiaciones no ionizantes como agentes cancerígenos es polémico. Pero que en muchos trabajos se ha determinado un mayor riesgo relativo de leucemias, tumores cerebrales y otros cánceres en sujetos que residen en las proximidades de las líneas de alta tensión y entre distintas poblaciones expuestas profesionalmente. La sospecha de asociación más firme se ha establecido con las leucemias infantiles. Exposición prenatalSegún los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los EE.UU., las mujeres embarazadas nunca deben exponerse a los rayos X o al consumo o respiración de materiales radiactivos.Estos pueden pasar de la sangre de la madre al bebé a través del cordón umbilical y podrían sufrir retrasos en el crecimiento, deformidades, funciones cerebrales anormales o cáncer que puede presentarse más adelante en la vida.