Uso de productos descartables es el principal motivo del aumento de  basura, refieren expertos.

Lo recuerda claramente. Hasta el año pasado, todos los lunes, miércoles y viernes, Marcela Alcívar salía de su casa, en el norte de la ciudad, con  dos fundas llenas de basura. Las dejaba junto al poste más cercano y luego se dirigía a su trabajo.

Aunque su familia no ha crecido (vive solo con su esposo), actualmente esta joven maestra debe cumplir con la misma rutina, pero con una funda más. “A veces no comprendo de dónde sale tanta basura”, dice.

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La situación de Alcívar no es algo particular. Su caso se repite en miles de hogares en Guayaquil, donde se evidencia el incremento sostenido en la producción de desechos. Esto en medio de las actuales quejas en diversos barrios sobre el sistema de recolección que efectúa la empresa Vachagnon. 

Según representantes de este consorcio, las estadísticas demuestran un incremento anual aproximado del 7%. “En el 2006 se recogió un promedio diario de 2.000 toneladas y en el 2007 fueron 2.150”, dice su vicepresidente, Samuel Reyes.

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Esta situación se convierte en un problema ambiental que nace de la falta de educación sobre el cuidado del ecosistema  que poseen los habitantes de la urbe y en la cual comparten responsabilidad las autoridades, señalan los consultores  Raúl Carvajal y Marcos Fioravanti.

Las cifras de crecimiento de la producción de desechos aceleran la ocupación del espacio disponible en el relleno sanitario Las Iguanas, en el norte.

De las 195 hectáreas que comprenden esta zona, desde 1994 hasta la fecha se han ocupado aproximadamente 50 que corresponden a tres de los cinco sectores en los que está dividida, según Andrés Intriago, jefe del relleno sanitario.

La cuarta etapa tiene disponibles 46 hectáreas que se prevé ocupar hasta el 2017, para luego dar paso a la apertura del quinto sector.

“Es una situación preocupante principalmente porque la ciudad no crece el 7% cada año”, dice Fioravanti, gerente de Desarrollo Sostenible de la empresa Soluciones Ambientales Totales (Sambito).

De hecho, cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) determinan que el aumento de la población de Guayaquil es del 3,3% anual. Esta diferencia  demuestra que desde los hogares hay un inadecuado manejo de los desechos, enfatizan  los especialistas consultados.

El caso de Guayaquil es similar al resto de ciudades de Latinoamérica, donde el aumento de la  producción de basura es parte de la lista de principales problemas ambientales.

En esas urbes  se incluye además la contaminación de la atmósfera y cuerpos de agua, a través de gases y vertidos tóxicos. Así lo indica el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).

“Falta mucha educación, la gente debe aprender a clasificar sus desechos y reutilizar todo lo que se pueda”, anota Carvajal, quien cita como ejemplo el uso de envases plásticos para almacenar “arroz o fréjoles”.

Si esta tendencia continúa –independientemente de la ciudad en donde se registre– los rellenos sanitarios llegarán al tope de su capacidad y los municipios deberán buscar otros espacios (más alejados) para depositar los desechos, dice el representante de Sambito.

En su publicación del 2005 sobre este tema, la organización ecológica Greenpeace anota que la composición de basura es un reflejo de la cultura de consumo que existe en el mundo. “Estamos dirigidos a la compra de productos de ‘usar y tirar’”, señala el documento.

La organización argumenta  que esta situación provoca más afectación al ambiente, pues para fabricar este tipo de productos desechables se explotan más recursos naturales.

Además, para deshacerse de ellos, los recolectores deben recorrer más distancias, lo que a su vez demanda mayor producción de energía y emisión de gases de efecto invernadero, causa del cambio climático.

El Pnuma sugiere que el cambio de actitud de la población respecto del manejo de desechos no depende de campañas aisladas sino de programas permanentes de educación ambiental impulsados por los gobiernos locales y las ONG.

Sin embargo, no toda la responsabilidad es de las autoridades, subraya César Cárdenas, del Observatorio Ciudadano de Servicios Públicos. A pesar de esto, sugiere que es  necesario que las empresas de recolección cumplan una tarea de educación en reciclaje, algo que, en Guayaquil, no sucede, pues no es parte del contrato entre Vachagnon y el Municipio.

Recomendaciones
ACTITUD ECOLÓGICA

Evitar el sobreenvasado. Elegir siempre productos con la menor cantidad de embalajes innecesarios y los que utilicen materiales reciclados.

Reducir el uso de papel aluminio, bandejas de plástico,  envases tetrabrick...

Disminuir el uso de fundas de plástico en las compras, es mejor llevar una de tela.

Al usar el papel para escribir o imprimir, aprovechar las dos caras. También es posible fabricar pequeños blocks de notas con los excedentes de este material.

Impulsar los procesos de producción limpia, es decir, que no utilicen productos tóxicos. Por ejemplo: papel que no esté blanqueado con cloro, considerado un  proceso muy contaminante.

Es más conveniente comprar envases de vidrio en lugar de plástico o latas.

Elegir otras alternativas a juguetes que funcionan con pilas o que están hechos de plástico.

Utilizar pañuelos de tela en lugar de aquellos que son de papel y se ocupan en la cocina o el vehículo.

Recuperar cajas de cartón o envases de papel. Al reutilizar 100 kg de papel se protege  al menos siete árboles, según estimaciones del Pnuma.