Pese a que llegaron desde las 09:30 a la Plaza de la Independencia, para pedirle que detenga la expedición del mandato contra las concesiones mineras, no lograron su objetivo.

Su solicitud llegó demasiado tarde a Carondelet, pues en el mismo momento en que sus delegados ingresaban a entrevistarse con Correa, la Asamblea ratificaba el documento.

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Fueron unas  150 personas las que se trasladaron a Quito desde Azuay, Loja, Zamora, Imbabura y otras provincias en las que hay actividad minera. A ellas se unieron representantes de la Cámara de Minería.

La concentración duró cuatro horas, al cabo de las cuales el  mandatario bajó  a saludarlos. Correa  ratificó que el Gobierno no quiere terminar con la minería, sino darle un nuevo marco jurídico.

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Pero estas palabras no lograron tranquilizar a la gente. “Abajo el mandato, queremos trabajo”, insistieron, interrumpiendo al gobernante quien los increpó diciéndoles “o hablan ustedes o hablo yo”. La mayoría de los presentes calló, pero una mujer siguió gritando. Correa la acusó de malcriada y la amenazó con ordenar su desalojo.

Como ella no atendió a la advertencia, Correa  dijo que no iba a hablar más. Inmediatamente  reingresó al Palacio.

Justo cuando el gobernante traspasaba el portón principal, David Ayala, un joven que se identificó como periodista gritó: “Abajo mandato minero”.

Otros periodistas y varios efectivos de seguridad rodearon al joven y el asesor presidencial, Mario Latorre, ordenó que se lo retuviera.

La disposición se cumplió y solo tras la intervención de Arturo Tello, subsecretario de Información y de Jaime Barreno, presidente  de la Cámara de Minería, Ayala fue liberado.

Mientras Gustavo Pinto, presidente del Colegio de Ingenieros Geólogos de Minas y Petroleos, aplaudió  la reversión de la concesiones, pero pidió a la Asamblea  respete a las que sí han cumplido con la ley.