El mandatario ecuatoriano puso fin al conflicto con Colombia en medio de aplausos. Una jornada tensa y de dos tiempos vivió ayer la Cumbre de Río. El primero, un fuerte cruce de acusaciones entre Rafael Correa y Álvaro Uribe, y el segundo, una afirmación de que se supera el conflicto y que incluso llevó a un apretón de manos entre mandatarios. Correa propuso fuerza internacional de paz. Presidente rechazó vínculos con las FARC. Nicaragua y Venezuela terminaron tensión.
Fue primero una mañana tensa y luego una tarde en la que las sonrisas, los apretones de manos y las palmadas en la espalda reemplazaron a duros adjetivos, sarcasmos y acusaciones subidas de tono.