Su adicción a las drogas de todo tipo, al alcohol y su confesada tendencia a la mutilación, la anorexia y la bulimia no fueron impedimentos para que la cantante británica Amy Winehouse conquistara cinco Grammy Awards el pasado domingo en Los Ángeles, EE.UU.,  a pesar de no haber podido asistir a la entrega porque el país norteamericano le negó la visa en primera instancia (cuando se la concedieron era demasiado tarde para viajar). Hechos que sus admiradores los califican como peligrosos, ya que comprometen su naciente carrera.

Winehouse, de 24 años, con una voz grave y áspera, y con un  look  al estilo Betty Boop, se convirtió en la artista revelación del 2007.

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En sus dos álbumes, Frank (2003) y Back to Black (2006), supo imponer su estilo: mezclas de canciones desde Motown hasta el rap londinense.

“Amy devolvió el espíritu rebelde del rock and roll a la música popular”, afirmó Mark Ronson, el  disc-jockey  que produjo más de la mitad de los títulos del CD Back to Black, publicó el diario británico The Observer.

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Con un aspecto imposible de imitar, con los brazos tatuados como un camionero, los ojos casi cubiertos de rímel y su cabello negro recogido de forma salvaje, logró inspirar a Karl Lagerfeld, que impuso ese peinado a sus modelos en un desfile de Chanel en Londres, en diciembre pasado.

“Soy una persona poco segura de sí misma. Dudo de mi aspecto (...) y, mientras más dudo, más bebo”, confesó Winehouse en una entrevista meses antes de aceptar ir a rehabilitación, publicó el portal web de la agencia  AFP.  A esto se suma el encarcelamiento de su esposo,  Blake Fielder-Civil, en Gran Bretaña, mientras espera un  juicio por obstrucción de la justicia. A él le dedicó los trofeos.

Entre sus actos controversiales está lo que dijo de Madonna, a quien no dudó en calificar  como “vieja que ya fue”. También la interrupción que le hizo en el escenario al cantante   Bono, de U2, en pleno discurso humanitario, al acercarse y decirle: “Cállate, nos importa un bledo”.

Nació el 14 de septiembre de 1983, de padre taxista y madre farmacéutica; creció en una familia judía del norte de Londres donde predominaba el jazz.

En la escena pop hizo su aparición en el 2003, y provocó una revolución por su voz y su repertorio. Sarah Vaughan, Dinah Washington y hasta Elvis Presley son sus fuentes de inspiración e influencia.

Su segundo disco, Back to Black, fue el más vendido en Gran Bretaña en el 2007. Músicos de la talla de Prince o George Michael aseguraron que quieren trabajar con ella. Pero ella eligió a Pete Doherty, el cantante de los Babyshambles, quien también tiene una reputación destructiva, para la preparación de su tercer material en este año.