Su adicción a las drogas de todo tipo, al alcohol y su confesada tendencia a la mutilación, la anorexia y la bulimia no fueron impedimentos para que la cantante británica Amy Winehouse conquistara cinco Grammy Awards el pasado domingo en Los Ángeles, EE.UU., a pesar de no haber podido asistir a la entrega porque el país norteamericano le negó la visa en primera instancia (cuando se la concedieron era demasiado tarde para viajar). Hechos que sus admiradores los califican como peligrosos, ya que comprometen su naciente carrera.