“Nada es perfecto, todo es objeto de rectificación. El limitante que tenemos son los recursos, la calidad cuesta y ese ha sido el obstáculo”.

El director (e) del Parque Nacional Galápagos (PNG), Víctor Carrión, reconoce los inconvenientes que enfrenta la entidad encargada de preservar los 133.000 km² de reserva marina y 8.000 km²  de área terrestre del archipiélago.

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Según Carrión, los $ 14 millones del presupuesto anual resultan insuficientes para la entidad que destina el 22% de esa cifra para cubrir la remuneración (gasto corriente)  de los 221 guardaparques encargados de los controles en tierra y mar.

El jefe de Recursos Humanos, Melvin Alvarado, sostiene que entre agosto y septiembre terminará el análisis para determinar cuántas personas más se necesitan y en qué áreas. Aunque prefiere no dar cifras sobre el aumento del personal, estima que posiblemente se duplique.

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Los alcaldes de Galápagos consideran que es necesario aumentar el control para evitar sucesos como el registrado en diciembre pasado, cuando un grupo de turistas se fotografió tomando  a lobos bebés en sus manos, acción prohibida según las reglas del PNG.

Las fotos están en manos del alcalde Pedro Zapata, quien dice que “en el debido momento” revelará detalles sobre la fuente que se las proporcionó.

El PNG no descarta que se refuercen los controles en áreas donde ahora no se efectúa. Todo dependerá de un estudio, mientras los pobladores se muestran convencidos de que muchas personas desconocen las reglas, más aún cuando al ingreso a las islas los turistas no reciben datos sobre  estas, como en años anteriores.

Los directivos del PNG afirman que desde el próximo mes entregarán dípticos con las reglas principales de la reserva.