James Dean, el protagonista del filme Rebelde sin causa, murió el 30 de septiembre de 1955, a sus 22 años, en un accidente automovilístico.
El mismo destino cegó la vida de Jayne Mansfield, una de las estrellas más deslumbrantes de los cincuenta y sesenta (fallecida el 29 de junio de 1967).