La estrella latina Ricky Martin volvió a las calles de Viejo San Juan, la capital puertorriqueña donde se crió, y recibió en la noche del jueves un homenaje de sus compatriotas que le dedicaron las fiestas de San Sebastián, una de las más populares en el país caribeño.
Con la cabeza casi rapada, como si se tratara de un recluta militar, y la piel tostada por el sol, tras varios días de navegar por el Caribe en un lujoso yate, Ricky Martin recibió la estatuilla de San Sebastián por su trayectoria y labor filantrópica.
Las Fiestas de la Calle San Sebastián son una especie de carnaval que se originó hace 38 años en el Viejo San Juan y atraen durante el fin de semana a más de 300.000 personas, entre ellos muchos turistas europeos.
La celebración se inicia poco antes del día de ese santo, el 20 de enero, y se extiende por cuatro días.
"Hay que respaldar estas fiestas y a los artesanos, que son las verdaderas estrellas de las fiestas", dijo Ricky Martin, vestido completamente de blanco, con una remera sin mangas que mostraba sus varios tatuajes. Luego saludó a la multitud, repartió besos, bailó y cantó una plena, ritmo autóctono boricua.
El astro de la canción, cuyo verdadero nombre es Enrique José Martín Morales, creó una fundación que lleva su nombre, cuyo objetivo principal es combatir la explotación sexual y laboral de la niñez.
Nacido hace 36 años en San Juan, un 24 de diciembre, en el seno de una familia de clase media, el hijo de Nereida Morales y Enrique Martín Negroni, divorciados cuando él apenas tenía dos años, no ha cesado de cosechar éxitos desde que saltó a la fama en 1984 con la agrupación juvenil Menudo.
A fines del año pasado culminó una maratónica gira de 80 conciertos con su show Blanco y Negro, y en octubre recibió una estrella en el paseo de la fama de Hollywood.