El alma de la historia, -la lujuria, la avaricia, la mentira, y la posibilidad de redención- no se ven ahogados por la memorable técnica del filme, la experiencia de visualizarlo en 3D, que recomiendo absolutamente, hace que se contemple como la gran puerta de entrada del cine futurista. Adulta y épica con una atmósfera tensa e intrigante que apela a una historia sangrienta de mitos, leyendas y demonios; la cinta por muy animada que sea no está pensada para los más pequeños.
Para este experimento se reunió la flor y nata del estrellato hollywoodense: Anthony Hopkins, Ray Winstone, John Malkovich, Brendan Gleeson y Angelina Jolie. A ellos se suma Crispin Glover, que da vida de forma excepcional al monstruo Grendel; genial e inmenso, se come a todos en su cuarto de hora de metraje, en un papel tan entrañable como visualmente desgarrador y asqueroso. La fidelidad del guión (Roger Avary y Neil Gaiman) al texto original, convierte la primera mitad del filme en una oda a la masculinidad, donde ver el cuerpo desnudo de Jolie más que sorprender, atrapa.
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La animación responde: añadiendo espectacularidad en los momentos de acción (las luchas contra el dragón son de clara inspiración en los videojuegos) sin embargo hay otros instantes en los que el efecto digital no permite que la expresividad facial de estos actores de grueso calibre, se imponga; logrando que la tensión dramática, a veces, decaiga y falle. El talento de Hopkins y el de Malkovich son los que mejor sobreviven a su versión de dibujo informático. Discursos contemporáneos, coherentes y creíbles, junto a una pulida ambientación, dedicada fotografía y un estudiado vestuario son los ingredientes que hacen de Beowulf una estupenda propuesta antes de cerrar el 2007.