El suceso ocurrió el pasado día 9 pero la firma no lo anunció hasta hoy.

El piloto decidió soltar 6,3 toneladas de gasolina y volver al aeropuerto de Taipei, donde aterrizó sin incidentes, y cuatro horas más tardes, con 264 pasajeros, volvió a los aires y llegó a Los Angeles sin más problemas.

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"Pedimos disculpas por este incidente, del que aún no sabemos la causa", dijo el portavoz de China Airlines, Chen Pong-yu.
Los inspectores de aviación civil no encontraron ni fallos mecánicos ni de señalización electrónica en el avión.

China Airlines afirma que al despegar no se detectó señal alguna de que había una puerta abierta, pero a los cinco minutos se detectaron señales de alerta.