Dos semanas de diálogo sobre el clima, marcadas por fuertes desacuerdos y acusaciones, culminaron el sábado con una concesión de último minuto por parte de Estados Unidos y un acuerdo para adoptar un plan para combatir el calentamiento global para el 2009.

Ahora, sin embargo, viene lo más difícil.

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Los delegados de casi 190 naciones deben de fijar metas para que los países industrializados reduzcan sus emisiones de gases de invernadero, al tiempo de ayudar a los que se encuentran en vías de desarrollo a reducir sus propias emisiones y adaptarse a las crecientes temperaturas.

Los negociadores también deben de considerar mecanismos para animar a los países en desarrollo a proteger sus cada vez mas disminuidos bosques, los cuales absorben dióxido de carbono.

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Este es el principio, no el fin, dijo el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, en declaraciones a The Associated Press luego del debate, que se prolongó un día más.   Tenemos que participar en negociaciones más complejas y largas.

Los reunidos en la isla de Bali quedaron a cargo de iniciar las negociaciones para establecer un sucesor del Protocolo de Kyoto, que expira en el 2012. Lo que decidan en los siguientes dos años ayudará a determinar cuánto se incrementará la temperatura mundial en las décadas siguientes.

En una serie de importantes informes emitidos este año, una red de científicos y expertos en el clima de la ONU advirtieron sobre graves consecuencias, desde el incremento del nivel de los mares a sequías, clima severo, la extinción de varias especies y otros efectos, si no se reducían drásticamente las emisiones de los gases que causarían el incremento global por parte de los sectores industrial, de transporte y agricultura.

Para evitar lo peor, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, que recibió el premio Nobel, dijo que las emisiones deben de ser reducidas entre un 25 y 40% por debajo de los niveles de 1990 a más tardar en el 2020. Los gases de efecto de invernadero y otras emisiones que concentran el calor en la atmósfera deberán de ser reducidos cuando menos a la mitad para el 2050, agregaron.

A pesar de una fuerte campaña emprendida por la Unión Europea para imponer topes específicos de emisiones a las naciones industrializadas, basadas en las cifras y fechas señaladas anteriormente, el plan final no fija calendario alguno.