El tenor italiano participa hoy en la velada Una noche con Pavarotti, organizada por la Fundación Dante Alighieri y Fundación Filarmónica Fernando Vincenzini Bellini, con la colaboración de la Embajada de Italia y la Sociedad Italiana Garibaldi.

Invitado por la Embajada de Italia llega a Quito y luego a Guayaquil el tenor italiano Fabio Andreotti. En la capital intervendrá el 27 y el 29 de noviembre, en el Réquiem de Verdi; y en Guayaquil se presenta esta noche (19:00), en el Teatro Centro de Arte –km 4½ vía a Daule–, dentro de la gala Una noche con Pavarotti.

Publicidad

El escenario estará preparado de manera peculiar. Habrá una mesa larga donde se colocarán copas de vino y bocadillos que degustará Andreotti junto con los otros tres cantantes líricos ecuatorianos que participan, Jorge Cassis y los hermanos Álex y Viviana Rodríguez.

Se interpretarán numerosas arias que cantó en vida Pavarotti. El ingreso es libre.

Publicidad

¿Cómo avizora su presentación en Guayaquil?
Allá no habrá problema, será una presentación muy emotiva.  Más bien el problema es volver a Quito, y afrontar la altitud porque el cuerpo se habitúa muy rápido.

¿Cuál será el repertorio del homenaje a Pavarotti en Guayaquil?
Vamos a cantar algunos romances con varios cantantes ecuatorianos, como se está haciendo en todo el mundo.

¿Tenía contacto con Luciano Pavarotti?
Sí.

¿Cómo era como persona?
Pavarotti era muy bueno. Era abierto a los estudiantes, a los jóvenes. Para mí lo más importante es que realmente acercó a la gente a la lírica, no solo en Italia, sino en todo el mundo. Yo estuve en China, y allá se conocía a Pavarotti como a la pasta o a la Ferrari.

¿Él le dio algún consejo que le haya servido en su carrera?
Sí, me ayudó con mis agudos. Me enseñó cosas muy técnicas, sobre cómo cubrir el sonido. Siempre trataba de explicar cómo entendía el canto italiano, que es un canto normal, pero con un mayor énfasis en el acento, que es lo principal y lo mejor que tienen los cantantes italianos.

¿Qué siente al hacerle un homenaje en un país diferente?
Me gusta mucho. En Italia descubrimos la importancia de Pavarotti después de su muerte. Allá tuvo mucha crítica de los entendidos. Pero para mí, lo mejor de él es que acercó a millones de personas a la lírica. Es algo que solamente (Federico) Carusso lo había hecho.

De su participación en el Réquiem de Verdi, ¿cómo analiza esta obra?
Es una obra escrita en 1874. Hay que recordar que Verdi era ateo, la obra es como un grito a Dios para pedir justicia entre los hombres. Es muy diferente al  Réquiem  de Mozart, por ejemplo, que era muy angelical. En el  Réquiem  de Verdi todo es muy dramático, es una obra muy compleja musicalmente.

¿Cómo asume su papel en esa obra?
Esta es una   misa con cuatro voces solistas, orquesta y coro. Yo soy el tenor y estoy obligado a seguir la música y a entrar por fuerza en el carácter que Verdi deseaba.

¿Y qué deseaba Verdi?
Él quería un sentido dramático. Es una demanda continua a Dios, que se hace asfixiante, hasta el final de la obra.

¿Esto estaba manifestado expresamente en la partitura de Verdi?
Nosotros tuvimos que basarnos además de las partituras  en sus escritos. Él escribía mucho sobre cómo buscaba a los cantantes. Así tenemos el sentido de la obra.

DICEN DEL ESPECTÁCULO

ÁLEX RODRÍGUEZ
“Me parece positivo hacer popular la música lírica y es un gran honor compartir escenario con Andreotti”.

VIVIANA RODRÍGUEZ
“Es oportuno realizar esta velada en homenaje a Pavarotti y de paso que la gente conozca más de la ópera”.

JORGE CASSIS
“Es una excelente oportunidad de demostrar el nivel académico y técnico de los ecuatorianos”.