“Me quemé el cuello, se me hizo una bomba (ampolla). Mastiqué una hoja de la famosa dulcamara y la espesa masa verde la puse dos horas en el área afectada. Al otro día estaba sano, como si nada me hubiera pasado”, contó el joven quiteño Jorge Manuel Naranjo, antes de abrir la puerta de un invernadero donde por curiosidad un investigador del Instituto Nacional Autónomo de Investigaciones Agropecuarias (Iniap), que prefiere el anonimato, estudia a ratos y multiplica como puede esta planta amazónica.A partir de este artículo, con solo ver la fotografía, el mismo impacto que sentimos embargará a miles de ustedes al saber que la mal llamada “dulcamara”, que hemos comprado, no es el regalo milagroso de la megadiversidad ecuatoriana, que reconocen científicos del mundo como la fuente del extracto que inhibe el cáncer de próstata y metástasis con cero toxicidad.<strong>Pruebas<br /></strong>En marzo del 2003, La Revista reportó que cucharadas de este medicamento líquido café espeso y de sabor agrio (BIRM), que activa las defensas antivirales, tomó el único sobreviviente de los 21 afiliados del IESS contagiados con sida en la clínica del doctor Galo Garcés, en 1996, y que la dulcamara era un arbusto que crece en la jungla nacional.Hoy, la misma persona que en 1976 empezó a descubrir el Modulador Biológico de la Respuesta Inmune (BIRM), el oncólogo Edwin Cevallos, indicó que la planta publicada es muy parecida a una de las 16 especies de dulcamara y que la vendida es una estafa ya que no corresponde a la familia de la Solanum Dulcamara y que por eso en letras pequeñas escriben su verdadero nombre: Kalanchoe.“Pido a las autoridades de salud que intercedan porque sé de personas que por consumir Kalanchoe han ido a parar a una clínica”. No considera esto un insulto a más de 30 años de investigación sino “una forma de utilizar el trabajo de un médico en beneficio propio de un ingeniero agrónomo audaz”.También le apena a Cevallos que el ahora hombre y conocido Carlos Mora no divulgue la existencia de este producto (BIRM) lo cual beneficiaría a miles de pacientes que padecen de sida o que están infectados por el VIH en el país.Los antecedentes que da el funcionario del Iniap sobre la planta que mostramos es que se interesó al usar con rápido éxito sus hojas maceradas para tratarse una quemadura en proceso de infección.Averiguó que los nativos del Napo la denominan Puigandui Huandui o Pungui Panga y los colonos la llaman planta de la penicilina y que está identificada como de la especie dulcamara. La propagación la hace a partir de las hojas, porque no da flor y la mantiene en invernadero porque el frío la atrofia. Ha comprobado en personas cercanas la curación de afecciones inflamatorias, laringe, gastritis, úlceras, heridas cutáneas. Al momento espera que con el apoyo del laboratorio y suficientes muestras pueda aplicar el método científico para identificar su contenido químico.<strong>Novedades<br /></strong>Como logros recientes, destacó Cevallos, la Universidad de Miami presentó un estudio del medicamento; y en julio de este año se obtuvo la patente de EE.UU. como un anticancerígeno para próstata. Además, el Instituto Nacional de Salud Pública de ese país dio a este centro de estudios $ 1’400.000 para terminar las investigaciones del extracto natural de la dulcamara que a corto plazo será un nuevo tratamiento quimioterápico porque, según estudios, tiene propiedades anticancerosas que equivalen a utilizar seis quimioterapias con propiedades distintas.Una publicación en el Miami Herald (16 de octubre de este año) ratifica lo dicho y refleja el interés de los científicos, de las casas farmacéuticas y de los periodistas por conocer cuáles son las plantas de las que se obtiene el medicamento que ha beneficiado a miles de pacientes aquí y en el exterior. Cevallos no duda de que se convertirá en el mayor aporte de Ecuador y su biodiversidad a la salud del mundo en todas aquellas enfermedades catalogadas como incurables y que se aspire a un reconocimiento internacional al nivel del Premio Nobel de Medicina.El doctor Robert Hortwitz, premio de Medicina 2002, en una charla que dictó en Quito sobre apoptosis o muerte celular, anotó que un antivirus que posea estas propiedades sería muy útil en el tratamiento del cáncer. Característica conferida al BIRM por la revista Cancer, Chemotherapy and Pharmacology al inducir la muerte de las células malignas.Al momento se tramita otro estudio para determinar el efecto del BIRM en el cáncer de mama.