El miembro, con el que se prepara el caldo de tronquito en Guayaquil, se recoge en varios camales del Ecuador, lo limpian y congelan hasta reunir una cantidad de  8.000 unidades para iniciar el proceso de secado, que tarda de  72 a 96 horas continuas. Las binzas son colgadas en un gancho y templadas con pesas para provocar su estiramiento a 1 m  y 1,20 m de largo dentro de un horno especial.

Cumplido el tiempo mencionado, toman la rigidez necesaria y quedan listas para ser transportadas a los Estados Unidos.

Publicidad

Allá las binzas son cortadas en pedazos de 10 cm y las moldean a la figura de un hueso, para que sean la comida y juguete predilecto de perros. Lo que sobra lo pulverizan para darlo en forma de pelotas a las mascotas de circos y casas. Del país salen de  40.000 a 50.000 unidades cada trimestre y se venden por peso. Hasta  ahora este subproducto junto con la hiel deshidratada (medicina oriental) son los únicos que se  exportan gracias a que  escapan a las restricciones  sanitarias por el tema de la  temida fiebre aftosa.