Una noche llena de trajes con intensos colores, brillos, estampados, cueros.., que iban desde lo colegial hasta lo más atrevido, de lo informal a la gala, se vivió el miércoles pasado en el salón Los Presidentes del Centro de Convenciones Simón Bolívar.
Fue la Gala Nacional de la Moda Monett 2008, organizada por la Asociación de Diseñadores del Ecuador, dirigida por Manuel Wolf, quien abrió la velada a las 20:30 y dijo que la intención es convertir a Guayaquil en la ciudad de la moda.
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Después de sus palabras empezaron a recorrer la pasarela vestida de blanco las creaciones de 28 diseñadores, con 12 trajes por cada uno y una propuesta para invierno-verano del próximo año.
El desfile lo abrió Athelier Esther con un derroche de vestidos con pedrería y brillos, trabajados en satín, organza y seda, en colores café, celeste, melón y rosado intensos que destacaban la femineidad.
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Le siguió Catalina Uscocovich, quien durante tres años fue coordinadora de los diseñadores del certamen Miss Ecuador. Su propuesta se centró en trajes casuales, muy urbanos y románticos, con shorts bombachos, cortes simétricos y muchos estampados.
Fue una gala de fusión entre los años ochenta y los posteriores. Los diseñadores pusieron en pasarela los vestidos bombachos, grandes mangas abultadas, minifaldas estrechas desde la cintura y con mucho vapor en la parte superior. Trajes metalizados, dorados y vivos colores acompañados de zapatos de cristales con grandes plataformas en la parte delantera.
Luis Tippán apuntó en esta ocasión a las creaciones en blanco. Ropa para la noche con plisados, piedras, lentejuelas, canutillos, escotes y cortes para resaltar la sensualidad de las mujeres. “Según Tippán, para que se vean elegantes y con un toque seductor”.
Los diseños del lojano Augusto Celi le dieron a la gala un compendio de vestidos vaporosos, provistos de muchas caídas, ruedos y campanas, que resaltaban el talle y las piernas de las modelos. Se enfocó en darles a sus trajes mucha soltura y derroche de colores en oro y celeste intensos.
La diseñadora Ile Miranda ofreció calzado con plataformas, tacos gruesos, puntas cuadradas y redondas, sandalias muy planas. Predominaron los tonos dorado, celeste y azul intensos. No faltaron los cinturones muy anchos, trabajados con elásticos y cueros o charolinas en la parte central de la cintura. Bolso de charolina de fuertes rojos, morados y verdes.