El epicentro del seísmo fue a 25 kilómetros de profundidad y a unos 218 kilómetros al noroeste de la ciudad de Queenstown.
La región ha sido golpeada por varios terremotos desde el mes pasado, y el más fuerte fue el que a finales de septiembre sacudió las aguas de las islas Kermadec, de 7,6 grados de magnitud.
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Nueva Zelanda tiene cerca de 14.000 terremotos cada año, de los cuales la gran mayoría son de poca magnitud, aunque entre 100 y 150 tienen la suficiente fuerza para que se perciban.