Necesidades. Para mejorar las condiciones de vida, los pescadores y sus familias, requieren capacitación e infraestructura.
Para el ingreso de productos del mar a su región la Comunidad Económica Europea hace muchas exigencias y aunque Santa Rosa de Salinas es de donde sale gran parte del pescado que se exporta del Ecuador, en el puerto no se aprecia progreso.
Santa Rosa, ubicado a 10 minutos del balneario de Salinas, en el Guayas, cuenta en la actualidad con 2.125 pescadores artesanales y 752 embarcaciones registradas, de las cuales 550 están operativas, explicó Eduardo Macías, presidente de la cooperativa pesquera artesanal.
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Según el dirigente, este descuido y falta de progreso se debe a que no existen políticas de Estado para el sector, ya que el pescador artesanal no cuenta con ningún tipo de capacitación, ni para invertir su dinero, ni para administrarlo, tampoco se le ha explicado cuáles son las especies aptas para comercializar, de qué tamaños y cuáles devolver al agua para no perjudicar la producción.
En Santa Rosa se comercializan 80 toneladas diarias de pescado en un día normal, pero cuando la faena es fuerte puede llegar a las 500, según los pescadores, lo que hace necesario mejorar las condiciones de la zona para poder entrar en el proceso de trazabilidad exigido por los mercados europeos.
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El dirigente recalcó en la necesidad de créditos, capacitación y seguridad ya que son asaltados en las noches, perdiendo no solo el trabajo de ese día sino sus embarcaciones y los motores.
¿Cómo se vive un día de pesca?
La faena de pesca se inicia a las 14:00 o 15:00. A las 18:00 preparan las artes de pesca y las lanzan, colocan los mecheros para que alumbren y cada uno los pueda identificar fácilmente. Dentro de la tripulación van de 4 a 5 personas; mientras arreglan sus utensilios de captura van poniendo el carbón para colocar las ollas e iniciar la cocción de los alimentos que consumirán en la noche.
Al terminar de comer lanzan el trasmallo o el arte de pesca que piensen utilizar. Cuando ven que la boya está en movimiento se ha iniciado la pesca.
Empiezan a recoger el pescado y a las 3 o 4 de la mañana revisan el producto de la noche y hacen una evaluación de lo recogido, preparan unan nueva comida y acuerdan si retornan o se quedan otro día, si deciden mejorar sus ganancias empiezan a buscar las carnadas para retomar la actividad y estar de vuelta a su puerto a las 00:01 con la esperanza de regresar con el sustento diario para sus familias y con los implementos completos sin ser atacados por los piratas que rondan en los momentos de soledad de los pescadores.
Según Eduardo Macías, un pescador puede fácilmente hacerse un salario diario de 700 dólares de los cuales, sacando los gastos y repartiendo el dinero entre las personas que lo acompañaron, puede que le quede libres de 250 a 300 dólares diarios, haciendo esta misma labor cada tres días.
“El pescador hace plata lo que pasa es que se dedica a beber y por eso nunca se ve el progreso, es nuestra cultura, nunca nos enseñaron que debemos ahorrar o tener otra mentalidad; si damos una mirada al contorno, lo que más rodea nuestra zona de labores son cabarés, salimos de trabajar y allí queda el esfuerzo de toda una noche”, expresa Macias.
Este es un puerto muy libre, no hay monopolios, el pescado se lo lleva el cliente que pague más, deberíamos estar en mejores condiciones, pero no hay capacitación, argumentó.