Un segundo caso sospechoso de fiebre aftosa en Gran Bretaña fue detectado cerca de donde se registró el primer brote, en una granja del sureste de Inglaterra, por lo que se ordenó el sacrificio de ganado, indicó este lunes la responsable del departamento de veterinaria, Debby Reynolds.

Este caso se encuentra "en la zona de protección" alrededor de la primera granja, señaló Reynolds a la BBC.

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"Se trata de un caso sospechoso de fiebre aftosa. Hemos decidido sacrificar a estos animales. El sacrificio ya empezó. Se detectó en seguida y quiero continuar gestionando la situación basándome en los resultados de los laboratorios", agregó.

La granja en la que los expertos trabajaban el lunes por la noche se encuentra "a muy pocos kilómetros como mucho" de la primera, afirmó.

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Esta responsable explicó a la cadena Sky News que los veterinarios habían descubierto signos preocupantes en el ganado de esta segunda granja que sugerían la presencia de la fiebre aftosa.

Alrededor de 50 cabezas de vacuno iban a ser sacrificadas, según Reynolds, quien aseguró que ya se habían llevado las muestras a un laboratorio y que los resultados podrían estar disponibles el próximo martes.

Una superficie de unos 3 km fue declarada zona de protección mientras que se instalaron medidas de vigilancia en un perímetro de 10 km alrededor de la primera granja afectada y del laboratorio de Pirbright, localidad que alberga un laboratorio de la empresa Merial, fabricante de vacunas, desde donde se propagó supuestamente el virus.

"Están trabajando muy duramente para saber lo que ocurrió", declaró este lunes por la tarde el ministro de Medio Ambiente, Hilary Benn, quien señaló que los resultados se darán a conocer a más tardar el martes.

El descubrimiento el viernes de un brote de la enfermedad en una granja de Normandy (condado de Surrey) desató el temor a una reedición de la epidemia del año 2001, cuando se identificaron 2.030 casos, se sacrificaron entre 6 y 10 millones de cabezas de ganado y las pérdidas fueron de unos 12.000 millones de euros (16.500 millones de dólares).

Los servicios veterinarios detectaron tres vacas contaminadas de una misma explotación que habían sido trasladadas de lugar dos veces, tras lo cual fueron sacrificados casi cien animales.

"Tomamos todas las medidas posibles. Primero buscamos en el complejo porque se sabe que Merial estaba fabricando vacunas en julio con esta cepa identificada en los casos" positivos, y "después iremos al Instituto de Salud Animal", el laboratorio público que se encuentra en la misma localidad, explicó el ministro.

Unas horas más tarde, el ministro no excluyó que las inundaciones que afectaron el país durante las últimas semanas hubieran podido facilitar la propagación del virus.

"Es una de las opciones que estudiamos", puesto que "hubo inundaciones en la explotación (afectada) y debemos mantener las opciones abiertas", aseguró.

Por su parte, David Biland, director de operaciones de Merial, propiedad de los grupos Merck (estadounidense) y Sanofi-Aventis (francés), aseguró que el laboratorio "funciona según los estándares internacionales más altos" de seguridad.

El primer ministro, Gordon Brown, declaró que debe hacerse todo lo posible para "controlar y erradicar esta enfermedad", por lo que aseguró que se está haciendo un "importante esfuerzo nacional".

Para evitar la propagación de esta contagiosísima enfermedad, las autoridades británicas prohibieron el sábado todo movimiento de ganado en el país y su exportación, una rápida reacción dirigida por el propio Brown, que acortó sus vacaciones para dirigir el gabinete de crisis.

Por su parte, la Unión Europea adoptó este lunes la medida británica por la que se prohíben las exportaciones a los demás países del bloque de animales vivos, carne y productos derivados.

Mientras, los ganaderos se encontraban "muy enfadados y preocupados", según Peter Kendall, presidente de la Unión Nacional de Granjeros, el principal sindicato agrario.