Ingmar Bergman, director sueco considerado uno de los mejores artistas del cine en la época moderna, falleció este lunes, dijeron los medios locales. Tenía 89 años.
Esta es una pérdida increíble para Suecia, pero incluso más lo es a nivel internacional, dijo Astrid Soderbergh Widding, presidenta de la Fundación Ingmar Bergman, a The Associated Press.
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Bergman murió tranquilamente en su casa de la pequeña isla báltica de Faro, al norte del centro turístico de Gotlandia, Suecia, dijo la agencia de noticias sueca TT, que citó a su hija Eva Bergman, una de sus nueve hijos.
No se ha fijado la fecha de su sepelio, pero éste contará con la presencia de sus amigos y familiares cercanos, dijo TT.
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Bergman, cuya cinta de 1982 Fanny y Alexander ganó el Oscar al mejor filme extranjero, realizó unas 60 películas hasta que se retiró en el 2003.
En sus cintas, Bergman presentaba su visión del carácter extremo de su amada Suecia: La depresión claustrofóbica de sus eternas noches invernales, la gentil felicidad de las tarde de verano y la oscura majestuosidad de la isla donde pasó sus últimos días.
Fue uno de los grandes maestros y uno de los grandes humanistas del cine. Hay muy pocas personas de ese nivel en la actualidad. El demostró que el cine podría ser una forma de arte, dijo Nick James, director de la revista Sight & Sound, del Instituto de Cine de la Gran Bretaña.
El fallecimiento de Bergman ocurre en una época en la que el cine es considerado más como un entretenimiento que como una forma de arte, dijo James el lunes. Sería bueno que hubiera más cineastas con este nivel de ambición artística.
Bergman abordó temas difíciles como la plaga y la locura con una técnica innovadora y guiones inmaculados, convirtiéndose en una de las principales figuras del cine.
El fue quizás el más grande artista del cine, tomando en cuenta todo, desde la invención de la cámara cinematográfica, dijo Woody Allen en un reconocimiento con motivo de sus 70 años en 1998.
Bergman se dio a conocer en 1955 con Sonrisas de una noche de verano, una comedia romántica que inspiró el reciente musical A Little Night Music, de Stephen Sondheim. Su última cinta fue Sarabanda, hecha para la televisión y presentada en un canal público sueco en diciembre del 2003.
Cuando fue transmitida, casi un millón de suecos, uno de cada nueve habitantes del país, siguió el drama, basado en dos de los personajes principales de su previa serie de televisión, Escenas de un matrimonio, estelarizada por dos de sus actores favoritos, Liv Ullmann y Erland Josephson. Escenas... fue luego editada y presentada como una cinta en 1974.
Sin embargo, fue El séptimo sello, de 1957, la cinta que conmocionó tanto a los críticos como a los cinéfilos. Una alegoría de la muerte negra en el medioevo, presenta una de las escenas más conocidas del cine: Un caballero jugando ajedrez con la figura amortajada de la muerte.
La muerte me asustaba terriblemente, dijo Bergman sobre su estado de ánimo durante la filmación de la cinta, que fue nominada al Oscar en la categoría de mejor película.
La cinta define la esencia de la obra de Bergman, un tono profundamente serio, con destellos de humor inesperado e imágenes impactantes.
En una entrevista en el 2004 con la televisora sueca SVT, el poco sociable cineasta dijo que no le gustaba ver sus cintas.
No suelo ver mis películas. Me pongo muy nervioso y a punto de llorar... y me siento muy mal. Creo que es algo horrible, dijo Bergman.
Aunque se le conoce más por sus cintas, Bergman también fue un reconocido director de teatro. Trabajó en varias salas en Suecia desde mediados de la década de 1940, entre ellas el Real Teatro Dramático de Estocolmo, que encabezó de 1963 a 1966. Puso en escena varias obras del autor sueco August Strindberg, a quien calificó como una inspiración.