En Guayaquil empezó  en programas musicales como ‘La Corte Suprema del Arte’ de RCE (Radiodifusora  del Ecuador), donde cantando tangos ganó el derecho de presentarse los domingos en el American Park.

En esos tiempos, Olimpo León Cárdenas Moreira, su nombre completo, acudió a Carlos Rubira Infante para aprender a interpretar música nacional. “Me pidió que le enseñara pasillos porque no conocía los ritmos. Conmigo después cantó hasta yaraví”, dice el cantautor, ahora octogenario.

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Juntos integraron el dúo Cárdenas-Rubira y grabaron el pasillo En las lejanías.

A partir de 1950, formó parte del trío Los Trovadores y durante tres años recorrió el país abordo de buses y taxis destartalados.

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En 1954 con Pepe Jaramillo y Plutarco Quillas formó el Trío Emperador, con el cual llegó a Cali y se presentó en programas radiales. Pero todo cambió cuando fueron escuchados en Discos Victoria y Mario Méndez, el propietario de la empresa discográfica, le ofreció un contrato como solista. Esa noche, sus compañeros al sentirse traicionados lo despidieron con una paliza. “Fue la tunda que me lanzó al éxito. Allí nació el Olimpo Cárdenas que se conoce hasta hoy”, contaría años después.

El primer sencillo que grabó en Colombia contenía los temas Fatalidad y Tu duda y la mía, que  sería la última canción de su vida.

Se iniciaron presentaciones en centros nocturnos y teatros, sus discos se escuchaban por todas partes. Después grabó Lágrimas de amor, Temeridad y Nuestro juramento, que se volvieron éxitos en diversos países como México, donde vivió más de diez años desde 1957. Allí grabó 20 discos de larga duración y triunfó en plazas de toros, coliseos, teatros y clubes nocturnos. Actuó, además, en escenarios de toda América y el Caribe. Una noche cantaba en el Manhattan Center de Nueva York o el Teatro Blanquita de México como también en cabarés de cortinas y luces rojas.

En 1970 regresó a Colombia, que adoptó como segunda patria, y se estableció en Bogotá. Y aunque no estaba en primeros puestos de popularidad, sus discos –cerca de 70 LP y unas 750 canciones– seguían vendiéndose y el público siéndole fiel, porque según los especialistas la vigencia de Olimpo Cárdenas reside en que sus canciones están íntimamente emparentadas con la tristeza y la nostalgia.

Tanto así que los redactores de crónica roja varias veces culparon a sus canciones de numerosos suicidios de gente con problemas. ‘Lo mató Olimpo Cárdenas’, fue el titular de un diario tras un suicidio. “Si por mi culpa se suicidan tantos, y esto lo castigara la ley, yo tendría más cárcel que si hubiera asesinado a siete obispos”, comentó en alguna ocasión.

La tarde del domingo 28 de julio de 1991, Cárdenas, de 72 años, cuyo rostro estaba marcado por las noches de desvelo, fue presentado por el maestro de ceremonias de la Feria Ganadera de Tulúa, Colombia. “Y con ustedes, el inigualable... Olimpo Cárdenas...”, dijo. Entonces el cantante apagó el trigésimo cigarrillo de ese día, subió al escenario vestido de blanco y agradeció los aplausos. 

 Las guitarras empezaron a entonar Tu duda y la mía y él empezó a cantar: “Si es verdad lo que me dices, / que tu amor tan solo es mío, / no comprendo por qué tardas en unirte junto a mí...”. De pronto, se desplomó sobre el escenario fulminado por un ataque al corazón. Ese día murió cantando pero su voz como sus temas siguen vivos para sus fanáticos.