El argumento es que la viñeta "puede ser constitutiva de los delitos de injurias al sucesor de la Corona y de menoscabo del prestigio de ésta". La medida judicial incluyó el cierre de la página web de la revista y la toma de declaraciones judiciales del dibujante y el guionista.

La medida es impactante para un país desarrollado, pero revela que la libertad de expresión no es un derecho sin ninguna limitación.

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En España, todos concuerdan en que el secuestro de una publicación es impropia para una democracia del siglo XXI, pero al mismo tiempo, muchas voces críticas se levantan para cuestionar los abusos que se cometen demasiadas veces desde los medios de comunicación en contra de la vida privada y la honra de las personas.

Así, el presidente del Colegio Catalán de Periodistas, Eduard San Juan instó a los periodistas a ser responsables en el uso de la libertad de expresión y a no atentar contra "el buen gusto".

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En cambio, el presidente de la Federación de Asociaciones de la Prensa de  España (FAPE), Fernando González Urbaneja, sentenció que ‘los  periodistas que seamos muy celosos de la libertad tenemos que serlo  también muy responsables en su ejercicio’.