Taquilla. El musical recaudó el domingo pasado 27,8 millones de dólares, imponiéndose sobre la película Transformers.
Hairspray, el musical protagonizado por John Travolta disfrazado de mujer, ocupó el tercer lugar de la taquilla de los Estados Unidos el domingo pasado, con 27,8 millones de dólares, imponiéndose sobre la película Transformers.
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La comedia es una nueva adaptación de la obra de 1988 de John Water sobre una adolescente regordeta que rompe las reglas de segregación en su colegio en los años sesenta.
Tras 24 años apartado del género musical que lo llevó a la fama en los setenta, Travolta regresa a las coreografías para cine como la inmensa y sobreprotectora señora Edna.
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Travolta, de 53 años, tiene un papel central en esta comedia que intenta enviar un mensaje antirracista, con una Michelle Pfeiffer que se mete en la piel de una directora teatral opuesta tajantemente a aceptar artistas negros.
La cantante y actriz Queen Latifah, así como los actores Christopher Walken y Amanda Bynes, participan en este filme que marca el debut cinematográfico de la joven Nikki Blonsky, una chica de 18 años y 1,43 metros de estatura que rompe todos los patrones de belleza impuestos por Hollywood, y que se ha ganado excelentes y unánimes elogios por parte de la crítica especializada.
Para la flamante actriz, que hasta ahora trabajaba medio tiempo en una heladería, ha sido una inmensa sorpresa actuar al lado de Travolta en la reposición, 16 años después, de esta película.
La cinta está ambientada en 1962 y Travolta, al momento de construir su personaje femenino, fue consciente de los cambios de la percepción de la belleza que se han vivido en estas más de cuatro décadas.
El actor también aclaró que en Hairspray desempeña el papel de una mujer y no el de un homosexual, ajustándose al nuevo guión de Leslie Dixon sobre esta historia que era considerada una obra gay porque en sus versiones teatrales fue interpretada por hombres vestidos de mujer.
Algunos grupos defensores de los derechos de los homosexuales han dicho que el protagonista de Grease evitó que su personaje fuera como el de un travesti debido a la oposición hacia la homosexualidad por parte de la cienciología, creencia que el actor practica.