La muerte del padre de personajes que quedarán en la historia del comic argentino, como el gaucho Inodoro Pereyra y su perro Mendieta y el mafioso "Boogie" El Aceitoso, conmovió en particular a la ciudad que lo había visto nacer hace 62 años, pero también al resto del país.
El "Negro" Fontanarrosa, como lo conocían todos, murió la tarde de ayer de un paro cardíaco, luego de una larga enfermedad que le había imposibilitado dibujar desde enero y lo mantenía en silla de ruedas y con dificultades en el habla.
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El cortejo fúnebre partió esta mañana y recorrió lugares emblemáticos de la ciudad para el escritor, seguido por una larga caravana de autos, motos y bicicletas.
A su paso, los vecinos saludaban con aplausos desde las aceras y los balcones, algunos con lágrimas en los ojos.
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Un momento especial se vivió cuando el féretro se detuvo frente al estadio de Rosario Central, club de fútbol del cual el artista era un fanático reconocido.
Con el correr de las horas, una iniciativa popular que empezó como rumor tomó fuerza hasta convertirse en una posibilidad muy certera: en poco tiempo, la cancha de fútbol de los 'canallas' será rebautizada con el nombre del dibujante.
Los fanáticos de Rosario Central decidieron además arrancar la butaca de plástico en la que se sentaba Fontanarrosa para que nadie la ocupe y esperan que la dirección del club le adjudique un lugar privilegiado en el salón de trofeos.
Otro lugar de homenaje espontáneo fue el bar El Cairo, ubicado en una esquina emblemática del centro de la ciudad, donde por muchos años el dibujante compartió con un grupo de amigos la llamada "mesa de los galanes".
Los parroquianos entraban este viernes al bar y se encontraban con una silla vacía con un pocillo de café servido, al lado de un gran retrato del 'Negro'.
"Es la primera vez que el Negro no nos hace reír", dijo Chiquito Reyes, muy amigo del humorista.
Sus colegas aseguraron que nadie podrá llenar el vacío dejado por el dibujante, entre ellos Caloi, el creador de 'Clemente', una especie de pájaro porteño, sin alas pero muy perspicaz en sus comentarios sobre la realidad.
"Nos preparó un poco a todos para esta desaparición. Es muy difícil cuando alguien desaparece físicamente hablar de justicia o injusticia pero lo que es muy contrastante es este final que tuvo con una enfermedad tan cruel alguien que justamente hizo reír tanto a la gente", dijo Caloi en el cementerio.
El dolor estuvo presente en las páginas de los principales diarios porteños este viernes, que publicaron a los personajes del Negro llorando.
Fontanarrosa había nacido el 26 de noviembre de 1944 en Rosario y después de abandonar la escuela secundaria y de trabajar en una agencia de publicidad empezó su carrera como humorista.
Fue autor de más de 60 libros, entre ellos La mesa de los galanes, El mundo ha vivido equivocado y Los trenes matan a los autos, además de novelas como El área 18 y La gansada.