Millones de colombianos se lanzaron ayer a las calles de sus principales ciudades con pañuelos y banderas blancas en una ruidosa manifestación con pitos y ollas para pedir la libertad de los  secuestrados.

La manifestación se produce una semana después que la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) anunciara la muerte de once ex diputados regionales que tenía secuestrados desde el 2002.

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Bogotá se paralizó desde el mediodía y el presidente Álvaro Uribe participó en una cadena humana y luego asistió a una misa en la Catedral Primada. Lució una camiseta con la siguiente leyenda: “Libertad sin condiciones ya”.

En la plaza de Bolívar, frente a la sede del Congreso, la anciana madre de Clara Rojas, candidata a la vicepresidencia de la política colombo-francesa Ingrid Betancourt, ambas secuestradas desde el 2002 por las FARC, rogó a la guerrilla que le dejen ver a su hija y a su nieto nacido en cautiverio.

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Toda la actividad aérea del país se detuvo por 5 minutos, al igual que el sistema masivo de transporte público de Bogotá,  Transmilenio, cuyos pasajeros sacaron por las ventanillas pañuelos blancos.

Al mismo tiempo las campanas de las iglesias replicaron, mientras bocinas de vehículos, sirenas y pitos retumbaron al unísono en una  movilización sin precedentes en este país, afectado desde hace 40 años por un sangriento conflicto interno armado y actualmente con 3.143 secuestrados.

En Medellín una gigantesca manifestación encabezada por el cantante Juanes llevó a miles de personas a las calles. “Hoy tengo la camisa  blanca para pedir la libertad de mi patria”, expresó el artista.  En Cali, la manifestación fue encabezada por los familiares de  los once ex diputados muertos. “No hay excusas, queremos la libertad de todos  ya”, clamó Fabiola Perdomo, esposa de uno de ellos.