El popular  Hombre de la Campana  sufrió un infarto,  dijeron sus familiares tras comprobar su deceso en el hospital Luis Vernaza, donde fue asilado  este reconocido hincha amarillo. El velatorio se realiza en su domicilio ubicado en las calles Sucre y la Octava.

Hace un año se vio obligado a despojarse de su compañera: la campana, al tener que venderla por 500 dólares que necesitaba para comprar medicinas tras una serie de dolencias que lo aquejaban en su pobreza.
Entonces había superado problemas hepáticos y del corazón, los que al parecer fueron los que acabaron con su vida.

Meses después apareció en el estadio Monumental con otra campana (que reemplazó al triángulo que hace décadas había conseguido en la estación ferroviaria de Durán) para alentar al equipo de sus amores y volvió a trabajar en su puesto de revistas y recuerdos deportivos, en el exterior del Correo, en el centro de Guayaquil.

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Espinoza murió a los 81 años y hace poco en una nota en diario Súper dijo: “Aunque me muera, seguirán escuchando la campana en el estadio”.