La tercera película de Shrek se hizo esperar tres años. Fue en el 2004 que se estrenó su antecesora, en cuyo final se quedaron el ogro y su esposa la Princesa Fiona felices con la aceptación de los padres de ella, el rey-rana Harold y la reina Lillian.
En esta nueva producción vuelven las alusiones a los cuentos de los hermanos Grimm, y aunque algunas amenazas se han ido, quedan otras para complicar las cosas en el reino Muy, muy lejano.
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El eterno deseo de Shrek de volver a la tranquilidad de su pantano a vivir como un ogro normal se ve otra vez pospuesto. El agonizante Rey Harold, en una de las escenas más graciosas, le pide que asuma el mando en su lugar. Tal como alguna vez le pidieron que fuera un héroe y que rescatara una princesa, para mantener su comodidad, ahora le toca trabajar para asegurarse de que no terminará vistiendo de seda y usando peluca por siempre.
Esta vez el esfuerzo consiste en encontrar y traer a alguien que ocupe su puesto, un tal Arturo Pendragón, que de majestuoso no tiene nada. Shrek, que no en vano ha entrenado su paciencia en los dos episodios previos gracias a Burro, hace de tutor de un jovencito, para persuadirlo de asumir un cargo que él mismo no desea.
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Eugenio Derbez repite su papel como el parlanchín Burro, por cierto, y Antonio Banderas el del Gato con Botas. Durante esta cinta, sin embargo, llega un momento en que los dos actores de voz sufrirán las consecuencias de un experimento mágico, que los hará cambiar de perspectiva. El personaje del Gato se ha vuelto tan popular que pronto tendrá su propia producción: La Historia de un Matador de Ogros. Al parecer, estará lista antes de la cuarta parte de Shrek, que también ha sido confirmada, con el 2010 como fecha tentativa.
Como el Hada Madrina se lució en la segunda película con sus intervenciones musicales, en esta ocasión, la mejor forma que han encontrado los villanos de realizar sus propósitos es a través de la representación teatral: el Príncipe Encantador forma parte de una compañía en la que le asignan los papeles más odiados, y de allí sacará la inspiración para llevar a cabo su venganza.
Aún en la versión doblada al castellano se aprecian canciones de Led Zeppelin, The Ramones y Wings, mientras que los guiños a otras cintas, desde El bebé de Rosemary a Piratas del Caribe, tampoco faltan. Unos cuantos cuadros de las pasadas Shrek también desfilan en las memorias del Muñeco de Jengibre, para variar el más vulnerable de la banda de los personajes clásicos, que en esta ocasión vuelven a formar un frente contra los malos.
Lo que hizo a las dos primeras historias tan populares fue lo imprevisible y bien calculado de las bromas, y es eso lo que crea tanta expectativa con la tercera.
Ahora, Shrek y Fiona discuten lo que significa formar una familia, y hay más momentos tiernos que en el primer o segundo filme. Sigue siendo irreverente y divertida, aunque el final no dé tanto la sorpresa como sus predecesoras.
LAS ESCENAS: Imágenes de la tercera parte de la saga animada
Pareja
Burro, mejor amigo de Shrek, está casado con la dragona. En el filme ellos son padres de cinco criaturas.
Las heroínas
La Cenicienta (i), Blancanieves, la Princesa Fiona, Rapunzel y la Bella Durmiente, tras liberarse de una celda.
Un don Juan
El otro amigo leal de Shrek, el Gato con Botas, es un romántico por excelencia. Él sigue siendo un don Juan y le dará consejos al ogro.