Concierto.  Los jóvenes corearon las canciones de rock pop que tenían un mensaje de fe cristiana. Las entradas al espectáculo se agotaron.

Un coliseo casi copado de jóvenes disfrutó el sábado pasado de un espectáculo musical cargado de energía y buena música en el concierto que Annette Moreno ofreció en Guayaquil.

La artista de origen mexicano llegó a la ciudad en el marco de su gira promocional en Ecuador, que implicó la visita a Quito, Machala y Loja, donde la respuesta de sus seguidores también fue masiva.

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Aunque el show de la cantante tenía previsto empezar a las 20:00, cientos de personas se congregaron desde antes de las 15:00 en los exteriores del coliseo Voltaire Paladines Polo.

Las luces del escenario se encendieron puntualmente, pero no fue sino hasta las 21:20 cuando el público estalló de emoción al escuchar la voz de la artista, quien por más de 90 minutos guió a sus seguidores en un recorrido musical  de sus mejores composiciones.

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Moreno cautivó por su dominio escénico e invitó a los asistentes a cantar en lugar de ella. Prácticamente todas las melodías de la intérprete tuvieron el coro de miles de fanáticos.

Las baladas  Guardián de mi corazón  y  Un ángel llora  provocaron que la emoción llegue al punto más alto del espectáculo. Hasta las lágrimas.
Moreno aprovechó este momento para expresar su fe cristiana. “El más grande amor que puedas encontrar es el de Dios”, mencionó la artista.
Ella invitó a los artistas a no buscar una religión, “sino una relación personal con el Creador”.

Vestida  de negro, la mexicana y su banda hicieron gala de su pasión por el rock e interpretaron, entre otros,  Ruleta rusa y Jardín de Rosas,  que llevó a los espectadores a dejar sus asientos para saltar y moverse como nunca antes en el concierto.

Antes de finalizar, la cantante flameó una bandera de Ecuador que el público le había lanzado y la mantuvo en sus manos mientras interpretó los tres últimos temas que invitaban a los jóvenes a alejarse de las drogas y disfrutar de la vida “sin hacerse daño”.

La ecuatoriana Mirella Cessa abrió el concierto con  la interpretación del tema    Bendita la luz (de Maná y Juan Luis Guerra) y se ganó la simpatía del público (en su mayoría compuesto por cristianos) que coreó sus canciones, especialmente El amor es,  uno de sus éxitos.

Invitados

El grupo juvenil Radical, de la iglesia Israel (organizadora del evento), interpretó algunos temas de contenido cristiano. Le siguió Patricio Mena, con canciones de mensajes positivos y hasta jocosos.