Según la Iglesia Católica: deseo desordenado del placer proporcionado por la comida o la bebida. No se debe abusar en el consumo de alimentos que perjudican la salud. No debe darse más atención a la comida que a los que nos acompañan. La intoxicación injustificada supone perder completamente el juicio y es un pecado mortal.