Presentaciones. El comediante colombiano Andrés López ofreció dos funciones en Guayaquil. Inicialmente solo estaba prevista una.
Solo tuvieron dos días para vender las entradas de la función de las cinco de la tarde del pasado miércoles. Pero, el Teatro Centro de Arte estaba casi lleno. Únicamente sobraban un par de sillas en los costados de la platea baja. Todas las generaciones que nacieron el siglo pasado y sobre las que habla Andrés López en La pelota de letras estaban presentes.
Muchos comentaban sobre lo que sería este espectáculo. Decían que López había preparado algo especialmente para los guayaquileños. A las 17:15 ya los presentes aplaudían impacientes. El artista esperaba a que el público se acomodara. La tercera llamada era mencionada.
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Acomodadores colombianos del grupo de trabajo de López decían con la amabilidad propia de su acento: “Disculpe, qué pena con usted, pero por favor, guarde la cámara”.
La luz se concentra en el escenario y tocan la canción que, quienes vieron el show en video, saben que abre tres horas de carcajadas. López baila, saluda: “¡Quiubo!”. Coge su banquito y comienza.
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Tiene el pelo más largo que antes, una barriga más protuberante, digna de una de sus frases: “Esto es lo que hace papá a un papá”. Se traba los primeros minutos al hablar. Pensar en los detalles que caracterizan a los ecuatorianos es difícil. Pero el público entiende y ríe y aplaude con ganas.
Con voz de madre preocupada, imita: “¡Avise dónde va a estar! ¡Aviiise dónde va a estar!, 36 años y todavía... ¡Avise dónde va a estaaar!”. En el DVD que circula en Ecuador desde principios del año pasado, López tenía 34 años. Su obra, luego de este tiempo transcurrido, sigue gustando. Pero la experiencia en vivo es otro disfrute. Andrés, Gloria, María Juliana, los nombres que les da a sus personajes en cada generación, son el reflejo de cada uno de los espectadores presentes.
“‘Su mercé’, ¿de dónde saca tanta vaina, ah? Eres un orgullo para nuestra nación!”, escriben los visitantes de su página en MySpace.com. Una de las preguntas frecuentes es si el show que presenta es el mismo en todas las ciudades. López responde que no. Tiene material para ocho horas y de acuerdo a la respuesta del público, actúa.
“Esto que les voy a contar es un caso de la vida real. Bueno, en realidad me pasó a mí, pero por favor, que no salga de Guayaquil”, dice.
A la mitad del espectáculo, la gente era toda suya. Termina el show sin que quieran irse, pero hay un grupo más numeroso afuera esperando para la función de las 20:00. Hay tanta gente que sale contenta y otra que entra para salir llena de humor.
Antonio Hanna, quien contactó al grupo de López para que visite el país, se refirió al artista y a su grupo como gente emprendedora, activa y sencilla. Asimismo, informó que el grupo colombiano de stand-up comedy volverá en septiembre con un nuevo espectáculo, donde López ofrece a su vez charlas de motivación que, como su show, alientan a las personas a tomar la vida con una sonrisa.