La CCR es una planta que se utiliza para recalentamiento de productos y producción de hidrógeno, necesario para el funcionamiento de otras unidades, entre ellas la isomerizadora. Esta última es la más nueva de la refinería que, a un costo de 9,1 millones de dólares, fue construida por el consorcio Dercobass y aún está en operaciones de prueba antes de su entrega definitiva a Petroindustrial, el próximo 22 de mayo.

Otras unidades –como la HDS y HDT– también tuvieron que paralizarse tras el incendio.

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Uno de los operadores de la refinería, quien quiso mantener su nombre en reserva, afirmó que “esta es la primera vez que la planta está verdaderamente en crisis; estamos metiendo crudo a las pocas unidades que aún trabajan y lo que queda del petróleo se lo exporta como fuel oil”.

Existe, según el dirigente de los trabajadores petroleros, Eduardo Angulo, un proyecto de modernización y repotenciación de la refinería, que ya fue aprobado por el directorio de Petroecuador “y aún no se hace realidad”.

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Angulo resaltó la importancia de modernizar la planta para que trabaje en óptimas condiciones y bajo normas de seguridad adecuadas.

Los efectos del incendio obligaron a las autoridades a tramitar una importación adicional de diésel, que permitirá abastecer el mercado interno. Desde Venezuela llegarán 200.000 barriles de este producto, que se sumarán a los envíos periódicos de este combustible desde ese país, tras la firma de un convenio de cooperación.