Médicos de un hospital nicaragüense intentaban  este viernes salvar la vida a un recién nacido que escapó de ser devorado por  un cerdo de la familia que le desprendió la mandíbula y la oreja derecha,  informó una fuente del centro.

"El estado de salud del niño aún es grave, el pronóstico de vida es  reservado", dijo a la prensa la directora del hospital infantil Fernando Vélez  Paíz, Maribel Hernández, donde fue ingresado el menor de 11 días de nacido.

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El accidente ocurrió el lunes en un barrio pobre de la capital, cuando el  cerdo, que se mantenía amarrado en el patio de la casa se soltó, entró al  cuarto del pequeño, lo bajó de su cama, lo arrastró por el piso hasta una  esquina para comérselo, contó su madre, Miriam Rodríguez de 24 años.

El animal le cercenó al niño la mandíbula y la oreja derecha, que fue  reimplantada por un cirujano plástico, y le ocasionó raspones en el antebrazo  izquierdo, manos, pierna izquierda y la parte interna de la boca, que tuvo que  ser reconstruida.